La Opinión
Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile
Zona verde
Bajo fuego: estudio muestra la tendencia de incendios en la Amazonía norte de Colombia
Las quemas se dan para renovación de pasturas y como una estrategia barata para deforestar, acaparar tierras y ampliar la frontera agrícola.
Image
La opinión
La Opinión
Lunes, 8 de Julio de 2019

Por: Antonio Paz Cardona / es.mongabay.com

La Amazonía norte de Colombia es una de las zonas, entre todos los países que comparten el bioma, que más está viviendo los efectos de la deforestación. Esta región, que limita con los Andes y la Orinoquía, sufre una de las presiones más fuertes de transformación hacia pasturas con el objetivo de acaparar tierras donde el Estado históricamente no ha hecho presencia.

El incremento acelerado de la pérdida de bosque empezó hace tres años, en 2016, y su mayor pico fue en 2017 cuando la deforestación se ubicó en 214.744 hectáreas, de las cuales 144.147 se encontraban en la Amazonía. Se espera que la cifra oficial del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM) para 2018 sea mucho mayor y la tendencia es que esta región seguirá presentando las tasas más altas del país.

Una de las estrategias frecuentemente empleadas para apoderarse del territorio amazónico son los incendios de vegetación. En un reciente estudio publicado en la revista Colombia Amazónica, del Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas (SINCHI) se indica que el 12% del territorio amazónico colombiano tiene una alta ocurrencia de incendios y los departamentos más afectados son Guaviare, Caquetá y Putumayo, así como la zona sur de Vichada y Meta.

En estas zonas se registran más del 90% de los focos de calor cada año y el 95% del área total de cicatrices de quema -los parches de territorio donde se evidencia que hubo fuego previo-.

Imagen que refleja una cicatriz de quema. Foto: Jorge Contreras.

Norte de la Amazonía bajo fuego

El artículo ‘La Amazonía se quema: detección de áreas con mayor ocurrencia de incendios de vegetación como estrategia para la prevención y control’ revela el constante uso del fuego como práctica para la limpieza y el manejo de zonas agrícolas, la expansión de la ganadería y la tala y quema de bosques.

Para mostrar las zonas más afectadas, Uriel Murcia y Samuel Otavo, autores del reporte e investigadores del Instituto SINCHI, utilizaron dos variables: los focos de calor y las cicatrices de quema. Para las primeras se emplearon fotografías satelitales del sensor VIIRS del satélite Suomi-NPP de la NASA y la NOAA. En el caso de las cicatrices se utilizaron los reportes mensuales del Sistema de Monitoreo de Incendios de Vegetación de la Amazonía Colombiana del Instituto SINCHI durante 2017 y 2018.

Los resultados son alarmantes. Según el informe, en 2017 se registraron 22.327 focos de calor y para 2018 hubo un incremento del 43%, pasando a 38.950. Además, más del 90 % de los focos de calor del país se detectaron en la Amazonía.

El estudio también indica que la mayoría de zonas con anomalías térmicas, muchas de las cuales terminan en incendios, se ubicaron en la parte norte de la región y esto “concuerda con la frontera agropecuaria y su expansión en los últimos años”. “Entre enero y marzo se pueden superar los 10.000 focos de calor, esto es una cifra muy alarmante que se concentra en determinadas zonas”, afirma Samuel Otavo.

Los investigadores aseguran que faltan más estudios sobre la biodiversidad afectada por los incendios. Foto: Jorge Contreras.

Deforestación y fragmentación

Los incendios son una de las formas más utilizadas para avanzar con la deforestación. No solo porque destruyen bosques rápidamente, sino por la poca inversión económica hecha por el que decide ‘limpiar’ el territorio.

Otavo asegura que el fuego destruye los servicios ecosistémicos de la Amazonía y también se genera un proceso de fragmentación del territorio que afecta a las especies directa o indirectamente. “Vemos posibles efectos negativos como la disminución de las poblaciones de ciertas especies, como el mono tití del Caquetá, descubierta hace poco y ya declarada En Peligro Crítico de extinción”. Este primate ha visto cómo su hábitat se ha convertido en suelo para ganadería extensiva y producción de cultivos ilícitos.

De igual manera, el informe advierte que las áreas con alta y media densidad de focos de calor pueden estar asociadas a fuertes procesos de deforestación, donde la pérdida y degradación de hábitat natural está cambiando la composición y estructura de las comunidades, alternando las condiciones óptimas para las especies e interrumpiendo diversos procesos ecosistémicos que no solo afectan la biodiversidad sino el bienestar humano.

La nota completa puede ser vista en: https://bit.ly/2xrBCyi

Temas del Día