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En el Acuario de París, crecen tomates con los peces
La FAO promueve los sistemas de producción sostenibles con un alto componente de innovación y educación.
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AFP
AFP
Sábado, 24 de Agosto de 2019
El visitante del Acuario de París queda sorprendido cuando aprecia grandes peceras y sobre ellas crecen tomates y pimientos gracias a los excrementos de los gobios, peces dorados y esturiones, un sistema de producción sostenible alentado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
 
“Hemos cosechado entre 2 y 3 kilos de tomates, algunos pepinos, 500 gramos de pimientos y la oferta aumenta”, explica Víctor Coiffier, biólogo marino y responsable de las primeras plantaciones de tomates cultivadas desde hace cuatro meses. 
 
“Nuestras verduras están buenísimas, mejor que en el supermercado”, asegura.
 
La plantación dio sus frutos rápidamente puesto que el agua utilizada para regar los cultivos es enriquecida con un abono 100 por ciento ecológico y barato: las heces de los peces.
 
“Al principio, teníamos dudas pero al final funcionó”, dice entusiasmado el joven experto en acuicultura que se inspiró en la acuaponía, “un modo alternativo de producción interesante ecológicamente”, que combina el cultivo de plantas con la cría de peces.
 
Los sistemas acuapónicos son circuitos cerrados. Los peces, a través de sus excrementos ricos en nitrógeno, crean el abono para las plantas, que absorben estos nitratos y filtran el agua, limpiándola a su vez para los peces.
 
“Una situación en que todo el mundo gana y un nuevo método de producción alimentaria sostenible para cambiar el mundo”, según la FAO.
 
Si bien el huerto del Acuario de París es puramente pedagógico, este modo de doble producción alimentaria (verduras y peces) “ofrece un verdadero potencial para producir alimentos de manera duradera en cualquier momento y lugar”, según el organismo.
 
Especialmente en las regiones donde el agua escasea o la calidad del suelo se degrada. La acuaponía, que utiliza constantemente la misma agua reciclada, puede reducir hasta un 90% su consumo respecto a la agricultura tradicional, con un rendimiento además superior de 15%.
   
Aparear los pepinillos
   
“El sistema que instalamos es muy simple: tubos, una bomba, agua y peces”, explica Coiffier, quien sueña con un acuario lleno de verduras.
 
Por ahora, solo se planta a lo largo de los 20 metros de acuarios dedicados a los peces del río Sena. El visitante puede observar un centenar de peces nadando en 62 metros cúbicos y si levanta la cabeza, ver los tomates, pimientos, berenjenas y rábanos.
 
¿Cómo funciona? ¿Los peces también hacen pipí? El huerto suscita la curiosidad de los visitantes que en su mayoría descubren por primera vez este modo de producción. “Mediante la sorpresa y la admiración, podemos hacer germinar una conciencia ecológica”, explica Alexandre Dalloni, mediador científico.
 
Según la FAO, más de 150 tipos de verduras, hierbas, flores y arbustos fueron cultivados en acuaponía. Un sistema que puede ir desde “un pequeño aparato puesto sobre un banco en casa con peces dorados e hierbas aromáticas, hasta la producción comercial”, según el programa Smartfish de la Comisión del Océano Índico.
 
Aunque también en el Acuario se han topado con problemas desde el inicio de la experiencia, como con los pepinillos. “Como aquí no hay insectos, hay que polinizar manualmente. Con las cucurbitáceas, la flor solo permanece abierta 24 horas. Debo estar allí para aparear la flor masculina con la femenina, sino la cosecha se pierde”, según Coiffier.
 
La experiencia, además, está siendo analizada con mirar a implementar proyectos similares en ciudades pobres donde escasea el alimento y los niveles de contaminación son elevados.
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