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Mascotas en el trabajo: alegres... y problemáticas
Varias empresas en Estados Unidos permiten que perros y gatos acompañen a sus amos.
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AP
Sábado, 29 de Octubre de 2016

Cuando las conferencias vía telefónica se tornan aburridas, Brent Robertson sabe que tiene alguien que le puede arrancar una sonrisa: Gus, un perro asiduo visitante de su oficina.

El golden retriever frecuenta las oficinas de Fathom, la empresa consultora para la que trabaja Robertson en West Hartford, Connecticut. También lo hacen Pookie y Ari, los perros de dos compañeros de trabajo de Robertson.

Muchas empresas con una cultura laboral relajada están permitiendo que sus empleados lleven a sus mascotas a la oficina. Robertson es un empresario que piensa que la presencia de animales levanta la moral, mejora el ambiente laboral y aumenta la productividad.

“Todos sonríen y se ven más velices” cuando ven a un perro, afirmó Barbara Goldberg, directora general de O’Connell & Goldbert, firma de relaciones públicas de Hollywood, Florida. Su bulldog Rosie es otra visitante habitual.

Un estudio de la Sociedad para la Administración de los Recursos Humanos indicó que el 7% de las empresas estadounidenses permiten la presencia de mascotas en sus oficinas, aunque esa estadística no refleja la situación de pequeños comercios que no tienen departamentos de recursos humanos y no participaron en la consulta.

El dueño de Badger Maps, Steve Benson, tiene una cruza de Pomeranian, Foxy, que parece saber cuándo alguno de los empleados de esa firma que genera aplicaciones necesita consuelo.

“Son muy intuitivos”, expresó Benson aludiendo a los perros. “Saben cuándo una persona está tensa”.

No todo el mundo, sin embargo, piensa que los animales pueden estar en una oficina o un negocio.

Por cada persona que se siente feliz con la presencia de animales, hay otra que es alérgica a ellos o les tiene miedo.

Rodney Alvarez, ejecutivo del departamento de recursos humanos de Celtra, empresa que hace publicidades con videos, dice que hay que tomar en cuenta ciertos asuntos legales, como un seguro que cubra las mordidas que pueda dar un perro, y asegurarse de que los animales no son agresivos, para que no asusten a los visitantes. Algunos propietarios de firmas dicen que cuando entrevistan a un potencial empleado le advierten que en el lugar hay animales.

Los empleados de la oficina de Celtra de San Francisco pidieron permiso para llevar sus mascotas. Los gerentes se lo dieron en sus cuatro oficinas, pero con la condición de que todo el personal estuviese de acuerdo. Un empleado se opuso, de modo que nadie puede llevar animales a la sucursal de Boston.

Un individuo que hace entregas regularmente a Fathom le tiene mucho miedo a los perros. Dado que Gus “es un perro muy pegajoso”, según Robertson, “reunimos a los perros y los encerramos en una sala para que no molesten” al visitante.

En la empresa de relaciones públicas Sterling, siete de 20 empleados desean llevar sus perros a la oficina de Los Gatos, California. La directora general Marianne O’Connor, que tiene un pastor alemán llamado Kaya, preparó un programa que contempla la visita de dos animales por día. Y no permite que se acerquen a muebles tapizados.

“Los alejamos gentilmente y ellos aprenden, saben que eso no es para ellos”, dijo O’Connor.

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