Quizá nunca se sepa cuánto mercurio ha caído derramado a los ríos y quebradas desde los socavones excavados por la minería ilegal que se practica en Norte de Santander.

Tal vez jamás se tenga conocimiento del daño que este metal pesado les ocasiona a la fauna y a los seres humanos que toman agua y consumen alimentos de estos ríos contaminados.

Es una triste realidad con la que se tiene que convivir en una región en la que mucha de la minería no es legal y en donde pese a los controles de las autoridades detener esta actividad resulta una batalla estéril.

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Los expertos que conocen del irreparable daño que causa el mercurio saben también que la cuenta de cobro que está pasando este venenoso metal cada día crece como la espuma.

Albert Ávila, médico veterinario de la Universidad del Tolima, y candidato del doctorado de estudios ambientales en la Pontifica Universidad javeriana, consultado por La Opinión afirma que hay un nivel de incertidumbre por los nefastos efectos a los que puedan estar expuestos animales y humanos por cuenta del mercurio, pero es obligación de las autoridades adelantar estudios rigurosos y serios para verificar si realmente están siendo impactados, o no, y con ello frenar la creciente inquietud sobre el particular.

Precisamente, en la mesa Nacional para el Control de Mercurio, la procuradora general, Margarita Cabello Blanco, afirmó que es necesario adoptar una actitud de cero tolerancias con el uso de este metal.

Pero también la jefa del Ministerio Público coincide con Ávila, en el sentido de que es responsabilidad del Estado reparar el daño ambiental causado por esta práctica. “En caso de omisiones, estas serán investigadas y sancionadas”.

El temor que existe entre los expertos y la misma comunidad científica es que se corra el riesgo de que estas alertas que está emitiendo la procuradora Cabello se queden en ‘meras intenciones’, como lo dice el biólogo Alberto Acuña Cordero.

Ávila sostiene que en Colombia falta mucha investigación y es deber de la comunidad científica profundizar para generar un consenso, especialmente en regiones donde se tienen identificadas afectaciones por el empleo del mercurio en prácticas de minería informal.

Los últimos episodios de contaminación de ríos con mercurio en el vecino Santander desató la controversia a nivel nacional por la ausencia de controles y el riesgo a las que están expuestas la población y las especies animales.

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En dicha mesa convocada por la Procuraduría también estuvieron representantes del Departamento de Estado de los Estados Unidos, la USAID, la Embajada de Estados Unidos en Colombia y Pure Earth.

Ahí, Cabello alertó porque la contaminación por mercurio se está convirtiendo en un fenómeno generalizado en todo el país, tanto que el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente referenció a Colombia como el mayor emisor de mercurio per cápita en el mundo, y el tercer país que más contamina con este mineral.

La preocupación aumenta en el país porque se han identificado más 83 sitios como potencialmente contaminados con mercurio (entre ellos el Catatumbo) y que en ciudades como Bucaramanga estos niveles en el río Suratá superan hasta 160 veces lo permitido normativamente, evidenciando que el problema se ha vuelto una cuestión permanente.

La procuradora alertó sobre los grandes e irreversibles daños en los ecosistemas y fuentes hídricas por las prácticas ilegales que utilizan este metal, principalmente en la minería ilícita, que según Cabello, han aumentado por la posición permisiva adoptada, bajo la falsa premisa de que se está defendiendo la minería artesanal y ancestral.

Asimismo, el organismo de control enfatizó en que el mercurio es un veneno para el ser humano y su exposición a largo plazo, aumenta las posibilidades de desarrollar múltiples enfermedades, incluyendo trastornos neurológicos y complicaciones en el desarrollo intrauterino. Ver recuadro

“El mercurio no desaparece y se acumula persistentemente tanto en nuestros ecosistemas como en nuestros organismos. El mercurio es un veneno para el ser humano, para el ambiente y para todas las especies Nuestro organismo no tiene la capacidad para eliminar ese metal”, expresó Cabello Blanco.

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Mercurio y agua

El ingeniero químico y profesor de la Universidad Francisco de Paula Santander, magister en ingeniería sanitaria y ambiental, John Hermógenes Suárez Gélvez, explicó que el mercurio (Hg) es un metal pesado, considerado sustancia de interés sanitario que se encuentra generalmente de tres formas en diferentes ambientes: la elemental o mercurio metálico, mercurio inorgánico y mercurio orgánico. Dependiendo de los niveles de concentración y el riesgo de consumo pueden generar diferentes efectos sobre los recursos naturales y en especial sobre la salud humana.

Sus características químicas como su estado líquido a temperatura ambiente y su poder de amalgamar con metales en especial los preciosos como el oro hacen que su uso sea común en extracciones a nivel artesanal (pequeña minería legal o ilegal y la industrial o a mediana y gran escala).

Las consecuencias que ofrece

Por la contaminación del agua con mercurio y su ingestión en seres humanos se han observado afectaciones al sistema inmune: teratogénesis, carcinogénesis, genotoxicidad e inmunotoxicidad.

Suárez precisa que también se ha reportado deterioro de la visión, daño oxidativo y neurotoxicidad.

Un ejemplo histórico lo representa el accidente en Japón, en 1956, donde se originó la llamada enfermedad de Minamata, en la bahía del mismo nombre, donde una industria hizo vertimientos con contenido de etilmercurio, contaminando el mar y provocando efectos graves por la incorporación del mercurio en peces y mariscos que hacen parte de la cadena alimenticia de los habitantes de la región.

Por ese hecho se observaron diversos problemas de salud que ocasionaron muertes, mientras los sobrevivientes sufrieron pérdida de la visión y la audición, alteraciones olfativas y gustativas y daños neurológicos entre los recién nacidos de madres que habitaban en esa región japonesa.

Niveles aceptables de mercurio

La Resolución 2115 de 2007 que  señala las características, instrumentos básicos y frecuencias del sistema de control y vigilancia para la calidad del agua para consumo humano, estipula un valor máximo aceptable de mercurio en agua potable de 0,001 miligramos por litro, mientras que en vertimientos procedentes de las actividades mineras (Resolución 0631 de 2015-artículo 10) un nivel de 0,002 miligramos por litro.

El Ministerio de Salud ha desarrollado sistemas de vigilancia epidemiológica de la intoxicación por mercurio en zonas dedicadas a la minería de oro, obteniendo datos reportados por las entidades hospitalarias que han atendido este tipo  de casos entre personas que laboran en el sector. La evaluación epidemiológica ha permitido detectar los efectos por exposición ocupacional y ambiental al mercurio en Chocó, Nariño y Vaupés.

En Colombia, durante 2016, se encontró que trabajadores y personas que habitan cerca de las áreas de explotación minera que utilizan mercurio, presentaron  temblores, nerviosismo y trastorno del sueño.

Bueno saberlo

Otros efectos de la exposición al mercurio

El biólogo Alberto Acuña Cordero explicó que las aves y los mamíferos que se alimentan de pescado están más expuestos al metilmercurio que otros animales en ecosistemas acuáticos. Los depredadores que se alimentan de estas aves y mamíferos también están en riesgo. En altos niveles de exposición, los efectos perjudiciales del metilmercurio en estos animales incluyen:

• La muerte.

• Reproducción reducida.

• Crecimiento y desarrollo más lentos.

• Comportamiento anormal.

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