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Comunicación para cambiar el mundo
Una conversación a tiempo puede evitar que un hijo caiga en las drogas, el embarazo de una hija que recién inicia el bachillerato. 
Domingo, 11 de Agosto de 2019

En el programa de Comunicación Social de la Universidad de Pamplona, sede Villa del Rosario (aunque está en Cúcuta), se tiene claro que para cambiar al mundo, se debe empezar por la casa. En nuestro caso, Cúcuta y sus municipios aledaños. 

Está enfocada en el desarrollo para el cambio social. Esto quiere decir que el desarrollo solo es válido y viable sí genera cambios en la mentalidad que sirvan para construir una sociedad con menos desigualdades sociales y que a la vez sea responsable del cuidado y preservación de la única morada que tenemos hasta el momento, el planeta tierra.

Por estos días los estudiantes de quinto semestre culminaron proyectos de intervención comunitaria en el municipio de Los Patios, Atalaya y el Zulia. 

Los proyectos tenían como fin desde educar y empoderar en el tema ambiental hasta impulsar microempresas que producen vinos artesanales. 

Con gran satisfacción se puede decir que los beneficiados de los proyectos fueron los grandes ganadores. 

Tuvieron ellos mismos la oportunidad de proponer, escoger, diseñar y ejecutar las distintas actividades que tenían como objetivo concientizar y empoderar en la temática social de que tratará lo gestionado por los comunicadores en formación. 

Los niños participantes en los proyectos ambientales, mediante el diálogo, identificaron sus fortalezas y debilidades en el cuidado de la naturaleza. 

Y lo más importante, ahora no solo no tirarán una envoltura al suelo sino que existirá la posibilidad de que levanten una tirada por otro.

La academia entendió, por fin, que la mejor y más eficiente forma de obtener éxito a la hora de ejecutar proyectos sociales es mediante la comunicación. 

No la falsa comunicación que defienden los grandes emporios en el negocio de la información: sentarse frente a un televisor o no despegarse del celular, ni para ir al baño. 

Sino la comunicación cara a cara, esa en la que se tiene al emisor a pocos metros de distancia y al instante se le puede aprobar o replicar.   

Las armas sirven para eliminar al contrario, pero no para poner fin a los conflictos. Y como es muy difícil matar a todos los oponentes, como amargamente pudo confirmarlo para él, el expresidente Uribe, que no pudo derrotar militarmente a las Farc. 

En cambio, lo que no pudieron las fusiles, sí lo logró la quizá acción más antigua y básica del ser humano: la de hablar, la de sentarse con el otro, escucharlo y que él nos escuche. 

A esto le apuesta el programa de Comunicación Social de la Universidad de Pamplona. 

Que la comunicación sea la herramienta básica e infaltable, no solo para resolver los grandes conflictos nacionales, sino para facilitar la solución de problemáticas de la vida cotidiana, las verdaderamente determinantes del presente y futuro. 

Una conversación a tiempo puede evitar que un hijo caiga en las drogas, el embarazo de una hija que recién inicia el bachillerato. 

También, puede ayudar a tomar mejores decisiones laborales y en la realización personal.  

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