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De absurdos y algo más
Y absurdos en esta Colombia hermosa y compleja hay muchos. 
Domingo, 8 de Septiembre de 2019

Colombia vive una realidad en lo que todo es posible que suceda. Pasamos del cielo al infierno sin ninguna dificultad. Escuchamos frecuentemente noticias positivas de cosas que nos suceden, y a los pocos minutos bien puede ocurrir lo peor. Eso hace que lo absurdo haga parte de nuestra cotidianidad. Hace tres años firmábamos con esperanza la paz, y hoy hay disidentes que declaran la guerra. Aquí al otro lado Maduro hace ejercicios militares con misiles, y no sabemos que pueda pasar en los próximos días. La procuraduría suspende al gobernador de Norte de Santander, y al señor presidente no se le ocurre nada diferente sino nombrar a su secretaria general, que es como una burla a la región. El señor procurador general de la nación, que es un funcionario serio y responsable, acepta que “el Estado se ha quedado corto en ponerle freno al asesinato de los líderes sociales”. Y siguen los absurdos en la justicia, que ya más que absurdos, parece es una nueva verdad para los jueces: libre el contralor de Antioquia que encabezó una red de corrupción en el departamento.

En el primero de los absurdos, la declaratoria de guerra de los disidentes en una posible alianza con el Eln, preocupa un escenario en el que Colombia pueda volver a ser objeto de atentados urbanos. Es la especialidad de esta última guerrilla y es el riesgo que tenemos. De otro lado,  queda la impresión que el verdadero motivo de esa disidencia de las Farc con su declaratoria de la refundación de la guerrilla, es evitar una posible extradición a Estados Unidos por su posible participación en actividades de narcotráfico. El absurdo de nuestro conflicto y nuestra incapacidad para vivir en paz.

Los movimientos militares de Maduro al otro lado de la frontera son una muestra ante todo de su infinita incapacidad, haciendo un juego peligroso ya hasta con misiles. Con una economía que por estos días llevó a la República Bolivariana a fijar un salario mínimo de 2 dólares al mes, solo se advierte más inmigración, desespero, y un presidente que pierde toda capacidad de gobierno. Esos ejercicios militares no solo son absurdos por lo que ello significa, sino una irresponsabilidad y riesgo para la región en el evento en que algo llegare a suceder.

De la suspensión del gobernador del departamento por parte de la procuraduría general de la nación, una salida en falso del presidente Duque al haber nombrado como encargada a quien fuera la secretaria general del funcionario suspendido. Es más de lo mismo. El mensaje que debió  haber enviado el presidente a esta región que sufre graves y difíciles problemas, fue el de encargar a una persona con todo el reconocimiento y respaldo público, y ante todo ajeno a cualquier compromiso con los hechos que precisamente provocaron la suspensión. Fue tan evidente ese absurdo, que podría llamarse mejor engaño, que hasta el funcionario suspendido hizo una declaración en la que expresaba su satisfacción por el encargo realizado, como si la ley en algún momento estableciere que una vez suspendido un funcionario, debiere este último dar su consentimiento a quien lo reemplazare. Que mal presidente Duque con el Norte de Santander, definitivamente se le han visto muy pocos aciertos con esta región que hace un año creía tanto en usted. 

Y absurdos en esta Colombia hermosa y compleja hay muchos. Todos los días vivimos evidencias de ellos. Y en ello hay algo que no deja de maravillarme, y es que a pesar de todas esas incoherencias y diversidades que se convierten en el día a día, cada vez que me encuentro con un extranjero en el centro de Bogotá, ellos se enamoran de Colombia, les encanta su gente, su naturaleza y creo que hasta sus absurdos.

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