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Fábula o realidad
Hoy la casa de la hormiga es vivienda social para cigarras sinvergüenzas que la deterioran día a día.
Martes, 4 de Junio de 2019

Amables Lectores: Fábula es una narración corta de la que se extrae una moraleja o enseñanza. En estos bendecidos tiempos, en los que los avances tecnológicos en las comunicaciones nos ha convertido en una aldea global, ha llegado  a mis manos una moderna versión de la fábula de “La hormiga y la cigarra”, que tal vez muchos de ustedes ya la habrán leído. En mí resonó este mensaje por el gran parecido con nuestra realidad; a continuación la transcribo para aquellos que aún no la han leído.

Una hormiga trabaja durante el verano bajo un aplastante calor. Construye su casa y allí guarda provisiones suficientes para superar el próximo invierno. Mientras la hormiga laboraba, la cigarra se pasa el verano riendo y bailando. Cuando llega el invierno, la hormiga se refugia en su casita donde tiene todo lo necesario hasta que llegue la primavera.

La cigarra tiritando de frio, organiza una rueda de prensa en la que con énfasis pregunta: ¿Por qué la hormiga tiene derecho a vivienda y comida, cuando con menos suerte que la hormiga hay otros que pasan frío y hambre? Organiza un programa en vivo en televisión donde la cigarra sale pasando frio y calamidades, en televisión abierta pasan extractos de videos, de la hormiga bien caliente en su casita y con abundancia de comida.

Con el apoyo de las asociaciones contra la pobreza, los partidos de izquierda, los sin tierra, los sintecho, la comisión de derechos humanos, se organiza una marcha, manchan con grafitis la casa de la hormiga y se cuestiona en este movimiento que la hormiga se ha enriquecido a espaldas de la cigarrae instan al público a opinar en sus encuestas telefónicas, a través de una mañosa pregunta,  donde tienen que escoger si son partidarios de la igualdad o de la discriminación.

El gobierno presionado por los sondeos de opinión, prepara una ley contra la desigualdad, aumenta los impuestos desorbitantemente  a la hormiga y se le asigna una altísima multa por no hacerse cargo de la cigarra en el invierno. La hormiga por falta de capacidad de pago de la altísima multa y de los desproporcionados impuestos, pierde su casa al ser embargada y rematada. La hormiga, decepcionada empaca y se va a otro país donde su esfuerzo se reconozca y no sea perseguida por cigarras oportunistas.

Hoy la casa de la hormiga es vivienda social para cigarras sinvergüenzas que la deterioran día a día. Los partidos proponen crear una comisión pluripartidista de investigación con un costo altísimo de millones de pesos para “estudiar” soluciones a las desigualdades. La cigarra gorda con la comida robada a la hormiga muere de una sobredosis de estupefacientes suministrados por unas arañas migrantes que son los nuevos habitantes de la casa de la hormiga. Algunos medios de comunicación culpan de esta muerte al gobierno por no apropiar suficientes recursos para proteger al desvalido.

Además de esta maravillosa nueva versión de la fábula de la “Hormiga y la cigarra” también he reflexionado sobre el discurso del expresidente de Francia Nicolás Sarkozy ante sus opositores, los izquierdistas, a quienes les manifestó: “Nos hicieron creer que la víctima cuenta menos que el victimario. Que el eslogan debe ser vivir sin obligaciones y gozar sin trabas. Son unos políticos que permiten el triunfo del depredador sobre el emprendedor. Estos izquierdistas están en la política, en los medios de comunicación y en la economía. Le han tomado gusto al poder, defienden los servicios públicos, pero jamás usan transporte colectivo. Aman muchísimo a la escuela pública pero mandan sus hijos a colegios privados. Adoran la periferia pero jamás viven en ella. Participan en manifestaciones cuando se expulsa a algún invasor pero no acepta que se instalen en su casa”.

Analizando la fábula de “La hormiga y la cigarra” y las palabras de Sarkozy concluimos que tenemos que insistir en la siembra de valores, de cultura, de trabajo, de honestidad, de educación, y debemos recordar que los derechos van junto a las obligaciones; los derechos no son gratuitos, se ganan haciendo valer las garantías y derechos de los demás; si no abrimos los ojos y trabajamos por restituir los valores morales y la verdadera democracia crecerá el número de cigarras manipuladoras como plaga de langostas y obligarán a emigrar y a exiliarse a las hormigas trabajadoras.

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