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Hacer de la informalidad una oportunidad
¿La informalidad es un problema o una oportunidad?
Sábado, 13 de Marzo de 2021

La informalidad fue definida como: “Una forma urbana de hacer las cosas cuya marca distintiva incluye: pocas barreras a la entrada para el empresario en términos de habilidades y capital requerido; empresas de propiedad familiar; operación en pequeña escala; producción de trabajo intensiva con tecnología adaptada y un mercado no regulado y competitivo” (Gómez, Gómez, & Borraez, 2005).

Un informe realizado por la (OIT, 2018), sostiene que más del 60 por ciento de la población ocupada mundial se ubica en la economía informal. Así mismo entrega evidencia internacional que demuestra que la mayoría de las personas que se incorporan a la economía informal no lo hacen por elección, sino como consecuencia de la falta de oportunidades en la economía formal y por carecer de otros medios de sustento.

Según reporte del DANE en Colombia, en el trimestre móvil noviembre 2020 – enero de 2021, en las 13 ciudades y áreas metropolitanas, la proporción de hombres ocupados informales fue de 47,8%, lo que representó un aumento de 2,8 puntos porcentuales comparado con el trimestre móvil noviembre 2019 – enero 2020 (45,0%). Entre tanto, la proporción para las mujeres fue de 48,7%, muestras que en el trimestre móvil noviembre 2019 –enero 2020 fueron del 48,5%.

En el caso del área metropolitana de Cúcuta, la tasa de informalidad laboral es del 71,5 por ciento, trimestre móvil agosto - octubre 2020 y curiosamente analizado el mismo periodo 5 años atrás en el 2015, la tasa era exactamente la misma, lo cual nos ha ubicado históricamente en una de ciudades con las tasas más altas del país. Creo que nos hemos quedado impávidos observando el fenómeno, pero no hemos podido abordarlo de la manera correcta. La pregunta lógica que deberíamos resolver es: ¿La informalidad es un problema o una oportunidad?, pues dependiendo de la respuesta serán las medidas que se tomen.

Si abordamos la informalidad como problema, deberíamos iniciar identificando las causas del mismo y sus respectivos efectos a manera de árbol del problema, que nos permitan establecer medios y fines como respuesta a la problemática planteada. Por el contrario, si arrancamos visualizando la informalidad como una oportunidad, entenderíamos que estamos frente a un fenómeno que se ha mantenido estático por la falta de voluntad política para abocar su conocimiento y lo que se requiere es iniciar una ruta certera para la formalización.

La informalidad garantiza que la persona ya esta trabajando, lo cual considero es el plus en este caso, sin embargo las condiciones en que lo hacen son precarias. Por ello debemos identificar los nichos en los que podemos incidir como colectivo, diseñando una ruta de formalización que garantice el empoderamiento de esta población objetivo y permita migrarlos efectivamente de la condición de la informalidad a la formalidad. Estoy convencido de que en Cúcuta y su área metropolitana debemos trabajar en la posibilidad de hacer de la informalidad una oportunidad.

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