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Puentes de confianza
El protagonismo militar por encima de las instituciones civiles no genera tranquilidad
Miércoles, 4 de Enero de 2023

Es inevitable emocionarse con lo que pasó el 1 de enero en el puente de Tienditas, ahora llamado Atanasio Girardot. Más allá de los globos de colores y las palabras solemnes, fue un acto de sensatez en la que unas personas recordaron que los puentes son construcciones hechas para salvar obstáculos, no para aumentarlos. Daré algunas percepciones a partir de lo que vi el domingo.

El protagonismo militar por encima de las instituciones civiles no genera tranquilidad. Mientras en la primera fila colombiana estaban únicamente autoridades civiles en representación del Estado, del lado venezolano abundaban los uniformes verde oliva. Lo mismo se vio en los quince minutos de camino que hay entre Tienditas y San Antonio, una peregrinación de todas las especialidades de las fuerzas armadas venezolanas.

San Antonio está en condiciones difíciles de explicar aquí. Algunos dicen que la revolución le pasó por encima; pareciera que, en este y otros temas, ni siquiera alcanzó a llegar. Le queda muy lejos a Caracas. Pero sí llegó en forma de propaganda, pues hay montones de vallas publicitarias con la cara de Maduro. Todas tienen un letrero que dice: “Táchira es prosperidad”.

Algunas personas preguntaban allí si de verdad había paso, si de “verdad verdad” habían abierto el puente. No era un tema de incredulidad, en esa frase hay mucho de resignación y renuncia, pero también de emoción. Insisto, es inevitable sentir alegría al escuchar que “hay paso normal” en el puente.

Los temas de tránsito y pólizas se irán ajustando en las semanas que vienen. Es un tema urgente, pero menor. Lo difícil e importante será recuperar la confianza de las personas hacia las instituciones públicas que insisten en lucrarse miserablemente de las trochas. En esta región hay generaciones que crecimos en dos países al mismo tiempo y para las que pasar al otro lado no era sinónimo de incertidumbre o sospecha. Hacer mercado, dar un paseo o encontrarse con la familia eran planes que se vieron abruptamente interrumpidos.

Los puentes físicos de la frontera colombo-venezolana estaban quebrados y fue un paso importante restaurarlos. Ahora hay que ocuparse en reconstruir los puentes de confianza entre la sociedad y sus instituciones, los cuales continúan gravemente deteriorados.

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