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Sobredosis política
Se esperaría que habiendo una sobredosis de candidatos, también hubiese una sobredosis de proyectos de ciudad.
Martes, 30 de Julio de 2019

En la sobredosis política que está Cúcuta actualmente, hay temáticas que han pasado a un segundo plano o que ni siquiera hacen parte de la agenda programática de los candidatos. 

Es realmente lamentable que el ejercicio político en la ciudad se haya degradado a tal punto que la decisión de voto gire en torno a dos cosas únicamente: Hacer parte de los esquemas corruptos de algunas campañas, esperando una retribución económica y la promesa (vacía) de un puesto en alguna entidad del resorte correspondiente; o votar por un candidato cualquiera, aunque no tenga opción de ganar, sólo por hacer contrapeso a dichas estructuras corruptas. 

Lo anterior, por hablar sólo de Alcaldía y Gobernación. Si hablamos de las corporaciones legislativas que también vamos a elegir el próximo 27 de octubre, el panorama no es mucho mejor. Más allá de la corrupción, que también se presenta en candidaturas a la Asamblea o el Concejo, hay que ver lo grave de la forma en que se está haciendo campaña actualmente. 

Se esperaría que habiendo una sobredosis de candidatos, también hubiese una sobredosis de proyectos de ciudad y propuestas que nos ayuden a salir de la crisis. Pero no: Las campañas han perfeccionado sus estrategias de comunicaciones y cada día llegan a más y más personas, pero sus mensajes son gravemente repetitivos y parecen poesía: “construyamos una ciudad mejor”, “pensemos el cambio”, “luchar por la ciudadanía”, son consignas que se repiten sin un contenido político real: Programas culturales, inversión social, ajuste de la burocracia, control de la deuda, obras de infraestructura, etc. 

Ayer se conmemoró el Día Nacional de la Biodiversidad, una fecha del calendario ambiental que pretende sensibilizar a la ciudadanía sobre la importancia de luchar contra el cambio climático, debido a que la vida silvestre no tiene las capacidades para protegerse del aumento de la temperatura, la subida del nivel del mar, el deshielo de masas glaciares o los incendios forestales; aspectos que transforman las conductas de su ciclo vital, y que en muchos casos les impiden el acceso a su alimentación habitual, ocasionando su muerte y el diezmo de las especies.

Este día tampoco estuvo en la agenda política de los candidato, ¿cómo pretenden luchar contra este fenómeno?, ¿qué acciones podemos tomar para ralentizar el cambio climático?, o qué medidas se pueden tomar para mitigar sus impactos. La agenda del medio ambiente no es tan importante para ellos porque su campaña está orientad a conseguir votos, no a pensar el futuro. 

De igual manera, es mucho pedirle a los candidatos que se preocupen por la vida silvestre cuando ni siquiera le preocupa a las instituciones que supuestamente deberían trabajar por conservarla. Un solo post en redes sociales hablando sobre amenazas a la vida silvestre como la deforestación y la contaminación de fuentes hídricas fue la conmemoración de Corponor en esta importante fecha. 

No sabemos qué sanciones se les está imponiendo a las empresas y particulares que deforestan áreas vitales para la vida silvestre, no sabemos cuáles han sido los avances respecto de la descontaminación hídrica en Cúcuta y Norte de Santander, ni cuáles han sido los resultados del PICC (Plan Integral de Cambio Climático). 

Este mismo ejercicio de reflexión puede trasladarse al tema del espacio público, la promoción y prevención en salud, la seguridad, las víctimas del conflicto, la movilidad o la educación. Los resultados serán los mismos: Candidatos sin base programática para estos y otros temas, más preocupados por los ‘me gusta’ en redes sociales que por el futuro del territorio, y entidades públicas que no están cumpliendo su misión. 

¿Seguiremos apoyando esta forma de hacer campaña, pero sobre todo, de ‘gobernar’?

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