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Dos grandes 'hermanos' unidos por los niños
La fundación espera estar al servicio de los niños cucuteños.
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Viernes, 24 de Diciembre de 2021

Ayudar a los demás siempre ha sido uno de los deseos más grandes de Carlos Eduardo Flores y Juan Carlos Osorio Guzmán, hermanos no de sangre, pero sí de vida.

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Pensando en el futuro de los niños y niñas que viven en barrios vulnerables de la ciudad, decidieron hacer su sueño realidad y abrir las puertas de la fundación El Legado Vive.

Idea que nació hace cuatro años y que el 22 de diciembre del 2021 pudieron materializar. 

La inspiración para dar vida a la fundación, fue gracias a la historia de Juan Carlos, adoptado en 1997 por ciudadanos holandeses, quien años más tarde volvió a su tierra natal para descubrir  a su familia biológica.

“Empezamos con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) un proceso para averiguar sus raíces colombianas, pero tras avanzar con esto, él se dio cuenta que sus familiares vivieron situaciones difíciles por causa de la violencia y enfermedades, por lo cual varios de ellos perdieron la vida”, comentó Flores.


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Después de esto, a sus cabezas llegó la idea de abrir un espacio para trabajar por personas que al igual que ellos han vivido situaciones complejas.

El nombre de la fundación se otorgó como muestra de reconocimiento y exaltación para la familia de Juan Carlos.

El mes pasado juntos se sentaron a conversar y definir la creación de El Legado Vive.

A través de talleres de formación, clases de inglés, fútbol, cine al parque y capacitaciones de cultura de paz esta fundación espera lograr un impacto positivo en los niños que viven en el barrio Carlos García Lozada, ubicado en la comuna 6 de Cúcuta.


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“Se eligió este lugar porque es donde ha vivido la familia de mi hermano Juan Carlos”, indicó Flores, quien es Comunicador Social y espera que desde sus conocimientos pueda influenciar de manera positiva a la comunidad.

Dentro de las metas que tiene la fundación, está poder brindar más adelante acompañamiento a las madres cabeza de hogar y habitantes de la calle. 

Se espera que sean aproximadamente 150 niños y niñas beneficiados con este proyecto. La iniciativa cuenta con un equipo de siete personas amantes del trabajo con la comunidad.

La fundación ya cumplió un año de estar al servicio de los menores./fFoto Pablo Castillo


También, como motivo de celebración por el lanzamiento de la fundación y para llevar una tarde feliz a los menores, organizaron una actividad de Navidad en ese mismo barrio.

Los niños y niñas disfrutaron de juegos, peinados, cortes de cabello, cena de Navidad y la entrega de regalos. 

El evento se hizo posible gracias al apoyo con donaciones hechas de personas que viven en Cúcuta y especialmente del acompañamiento de Yino Díaz, un colombo-holandés que se sumó a esta bonita causa.  

Díaz, es el creador de la fundación Niños del Futuro que trabaja en el barrio La Honda de la comuna 3 en Medellín.

La alianza de estos dos proyectos se dio porque Díaz conoció en Holanda a Juan Carlos y cierto día hablaron por Instagram de los proyectos que estaba liderando en la capital antioqueña, entonces el cucuteño le manifestó que estaba interesado en implementar ese tipo de acciones aquí en la ciudad.


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“Es la primera vez que hacemos algo juntos pero estoy seguro que en futuro vamos a hacer grandes cosas con el apoyo de la gente de Holanda”, comentó Díaz. Para él es importante trabajar por y para los niños, pues aseguró que los menores que viven en barrios humildes no acceden a tantas oportunidades.

El trabajo que ejerce este hombre con Niños del Futuro se basa en educarlos y motivarlos a través del deporte y el baile.

La fundación ya cumplió un año de estar al servicio de los menores, cuenta con un grupo de baile con 50 de ellos, dicta clases de inglés y les brinda acceso a internet para que puedan desarrollar sus competencias.

El objetivo principal es la educación, si el niño quiere participar en una clase de baile o practicar fútbol debe también estudiar inglés.  

“Yo veo que los niños están creciendo de una manera positiva, eso me da felicidad, tengo muchos planes para el futuro y deseo apoyar a la fundación de Cúcuta porque sé que juntos somos más fuertes”, finalizó Díaz.

El mensaje de parte de las dos fundaciones es que las personas se sumen a estos espacios de participación para guiar a los menores y acercarlos a un mundo donde entiendan que son importantes, resilientes, fuertes y felices.

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