Desde hace varios meses los habitantes del barrio Claret no tienen paz ni tranquilidad al salir de sus viviendas. El panorama con el que se enfrentan es aterrador, pues de esquina en esquina solo observan consumidores de alucinógenos que, aprovechando la soledad de las calles y lotes baldíos, hacen de las suyas, al igual que quienes distribuyen estas sustancias.
El coliseo y las zonas aledañas al Colegio Integrado Juan Atalaya (Colija), donde está ubicando un parque en un sector totalmente abandonado, son los sitios preferidos por los expendedores de narcóticos.
“Estamos totalmente sitiados de drogadictos y de jíbaros. Nos hemos quejado ante la Policía y con la administración municipal, pero hasta ahora no han hecho nada y nosotros ya no aguantamos esta situación”, dijo uno de los habitantes del sector, que por seguridad prefirió no ser identificado.
La comunidad denuncia que se está creando una nueva modalidad para quienes reparten las sustancias alucinógenas, pues ahora marcan los contadores de la luz con algunos símbolos, los cuales, aseguran, les indica a los clientes en cuales puntos y horas conseguir las drogas.
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“Antes se reunían en el coliseo para vender allá y ahí mismo consumían. Ahora, como el coliseo está cerrado por la pandemia y la gente que se metía allá a jugar y a incumplir con los protocolos, ahora están inventando marcar los contadores o los postes y eso es una señal para ellos de que allí van a llegar a vender y eso es inseguridad para el barrio”, dijo otro de los vecinos.
Con amenazas hasta de muerte, los habitantes de este sector de la comuna 7 se sienten cada día más atemorizados porque, aseguran, no pueden sentarse en las aceras frente a sus casas sus casas porque los consumidores, estando bajo las sustancias narcóticas, suelen ser muy peligrosos.
Por las noches, salir se convierte en un verdadero desafío por la maleza y la oscuridad de los parques, especialmente el que está ubicado detrás del Colija que no cuenta con iluminación porque los habitantes de la calle se han robado el cable del alumbrado público y, hasta la fecha, nadie ha dado solución.
El coliseo tuvo que ser cerrado con cadenas y candados, debido a que llegaba mucho consumidor.
“Estamos llegando a todos los sectores”
La Opinión se comunicó con el secretario de Seguridad Ciudadana, Alejandro Martínez, para ponerlo al tanto de esta situación, ya que la comunidad aseguró que, a pesar de todas las denuncias que han interpuesto sobre este caso, la administración municipal los ha dejado en el olvido.
“Nosotros estamos realizando diferentes operativos y estamos llegando a cada rincón de la ciudad. Detrás del Policlínico hay una situación delicada y ya empezamos a hacer los operativos y para la próxima semana estaremos operando por esta comuna”, dijo Martínez.
El funcionario resaltó la actividad que se llevó a cabo en el Policlínico de Juan Atalaya, donde constantemente deambulan habitantes de la calle que también consumen drogas y que generan una percepción de inseguridad.
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Así mismo, el secretario aclaró que el tema con los habitantes de la calle era un tema que le correspondía específicamente al área de salud y Bienestar Social, sin embargo “genera la percepción de inseguridad y todo esto está relacionado con el proceso de microtráfico. Estamos trabajando juntamente con la Sijín y con la Fiscalía para combatir esta problemática”.
Al cierre de esta edición, la Secretaría de Seguridad Ciudadana y la Policía Nacional, sostenían una reunión con líderes comunales del sector y habitantes del barrio, para tratar la problemática.
Los vecinos aseguran que esta es una señal entre jíbaros y consumidores. / Cortesía
