La población adulta mayor del Táchira es una de las más golpeadas, tanto por la crisis económica, en vista que reciben pensiones de miseria, como por la migración de sus hijos y nietos, que los deja en una situación de abandono.
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A pesar de que el sector Pirineos de San Cristóbal, fue una zona residencial de clase media, hoy gran parte de sus residentes son adultos mayores que tienen sus familiares fuera del país, hecho que fue visto por el sacerdote Miguel Duque, en la parroquia Santísima Trinidad, que desde hace tres años se propuso prestar servicios sociales a esta comunidad.
A esta parroquia acuden entre 100 y 130 personas cada mes, en busca de ropa y calzado, medicinas para la tensión arterial, enfermedades de base y tratamientos de por vida, así como alimentación y atención médica en diversas patologías atendidas por 22 médicos. Incluso los voluntarios llevan estadísticas de los medicamentos que más están necesitando y la regularidad en la que los abuelos acuden a la búsqueda.
“La mayoría de las personas son de la tercera edad que sus hijos han emigrado del país y se han quedado solos en sus casas. Tristemente lo que reciben como una pensión o jubilación no les alcanza para nada”, narró el sacerdote Miguel Duque.
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Una vez al mes, en esta parroquia realizan una olla solidaria que va dirigida principalmente a las personas de la tercera edad, tanto en situación de calle como en pobreza extrema.
Gracias a la caridad de los feligreses, allí crearon un ropero parroquial, en donde las personas pueden adquirir prendas de vestir, zapatos y juguetes usados, pagando una colaboración mínima, cuyos fondos sirven para auto sustentar este beneficio a los abuelos.
“Tristemente es una realidad en todo el país, aunque Pirineos II parecía una zona privilegiada en muchas cosas, tiene las mismas necesidades de cualquier otro lugar de San Cristóbal, sobre todo el tema migratorio de las familias de los abuelos en los últimos meses se ha acentuado más, lo que hace que crezca el número de adultos mayores solos”, refirió Duque.
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Muchos de los abuelos de esta zona residencial popular se han enfermado de COVID-19 y han vivido una situación post covid fuerte, motivo por el cual este programa de atención local sirve para brindar ayuda, no solo a los habitantes de este de sector, sino a abuelos de todo el Táchira que se han enterado del proyecto.
Sandra Rodríguez acude frecuentemente a la parroquia con su suegro de 87 años de edad, diagnosticado con la enfermedad de Parkinson en estado avanzado, en busca de medicamentos que debe consumir a diario.
“Lamentablemente los adultos mayores están muy desasistidos, prácticamente son personas que trabajaron toda la vida y lucharon por una pensión que pensaron iba a ser el respaldo económico para su vejez, y hoy en día no alcanza ni para una harina”, relató Rodríguez.
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