Con el paso de los años, además de enseñar y sensibilizar sobre la importancia del medio ambiente en la sociedad, se ha reconocido que la educación ambiental es fundamental para crear concienciación y actitudes que promuevan la utilización de forma racional de los recursos naturales y la solución a los numerosos problemas ambientales que se producen, principalmente en las grandes ciudades.
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Y esto lo ha tenido en cuenta, a la hora de enseñar, el profesor Evaristo Alberto Carvajal Valderrama, ingeniero agrónomo de la Universidad Nacional, especialista en Sistema de Producción Agropecuaria, Ingeniería de Gestión Ambiental y Mercadeo y quien desde hace más de 40 años está vinculado a la Universidad Francisco de Paula Santander (UFPS).
El docente apasionado por cuidar del medio ambiente ha descubierto que las formas de enseñar han cambiado y, por ende, estar a diario al frente de un tablero y pensar que quien sabe es solo el maestro, mientras los estudiantes son sujetos pasivos, ya no van con él. Ahora todo debe complementarse con la práctica y la experiencia.
Es por esta razón que desde el programa de Ingeniería Agronómica y en conjunto con sus estudiantes, ha venido liderando diferentes proyectos ambientales que buscan no solo cambiarle la cara al alma mater, sino también, ser un modelo para otras instituciones y comunidad en general que quieran replicar sus iniciativas y aportar un granito de arena para salvarle la vida al planeta y hacer de este mundo un ‘hogar verde’.
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La Opinión conoció algunos de los proyectos en los que trabaja y que, espera, no se queden solo para la universidad, sino que sean replicados en otros espacios.|
Macizo de jardín
Con el fin de embellecer el Campo Eliseos, donde están los laboratorios académicos de la UFPS en el municipio de Los Patios, el profesor y los estudiantes de segundo semestre, decidieron desarrollar un macizo de jardín: un grupo de plantas que de forma armónica y estética dan belleza, pero que permiten ubicarse por separado para que cada una pueda lucirse.
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Estos deben ser lo bastante grandes para ser vistos a distancia, permitiendo el cuidado de las plantas que estén en el centro.
“Se hizo utilizando plantas ornamentales en el centro y posteriormente se colocaron setos de ixora y de duranta que están siendo pulidos y cortados para que formen como una barrera de contención”, explicó el profesor.
Adicional a esto, ubicaron alrededor de todo el jardín 17 carretas, cada una con un jardín de veraneras de diferentes variedades, las cuales estarán florecidas en aproximadamente mes y medio.
Asimismo, se estableció una grama china como tapete para eliminar las malezas y adornar mucho más el jardín, junto con piedras de colores y se sembraron especies de chicalá también conocido como chirlobirlo, que son árboles nativos de 2 metros de altura caracterizados por sus flores amarillas.
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Biodiversidad
“La idea es que este sea un espacio que porte al embellecimiento de la universidad, pero también a la biodiversidad, porque aquí van a empezar a llegar abejas, avispas, mariposas de colores vistosos que son polinizadoras y hasta las aves picaflores”, añadió el maestro.
El profesional señaló que los estudiantes se motivan y fortalecen su sentido de pertenencia con la institución, ya que no solo se quedan con la teoría, sino que van a la práctica simultáneamente y se convierten en sujetos activos con “la pala en mano”.
Los jóvenes van cada 15 días a la sede en Los Patios y allí desarrollan actividades de fertilización, abono, poda de árboles, mejoran la estructura del suelo, entre otras actividades.
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“El material en parte es donado por la universidad, pero también por los estudiantes. Yo les asigno un valor de una nota adicional de los previos para motivarlos a participar y ellos traen cayenos, durantas, y de esa manera prácticamente siembran sus propias plantas, las cuidan y embellecemos”, puntualizó el docente.
Colección de semillas
Este es un proyecto que se viene desarrollando desde hace unos años, donde el objetivo es crear una colección de semillas “en vivo”, las cuales tienen como fin conservar la biodiversidad de Cúcuta y que, además, sirven de prueba para comprobar la existencia de la flora en la ciudad.
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De acuerdo con la investigación, hasta el momento se han hecho 98 accesiones de árboles, arbustos y herbáceas de una muestra representativa de la flora urbana de Cúcuta distribuidas en 34 familias botánicas.
El proceso de la recolección de las semillas se llevó a cabo a través del germoplasma, que es cualquier parte de las plantas que se toma y que puede generar otra nueva planta, en este caso a través de semillas.
Los procesos de recolección, beneficio, almacenamiento y conservación de germoplasma forestal se hicieron bajo condiciones controladas de temperatura y humedad, al igual que los análisis de sus características físicas y biológicas, con el propósito de conservar su potencial germinativo.
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Semillas de moringa, de cacao de monte, de cedro rosado, de papaya, cañaguate, uva, anturios, linaza, ciruela, limón, auyama, mamón, tamarindo, maracuyá, entre otras, son algunas de los simientes con los que cuentan en el banco de germoplasma de la UFPS.
Siembra de pepinos y tomates
Otro de los proyectos que se ha ingeniado el profesor Evaristo ha sido el de los cultivos, cuyo fin es generarles diferentes escenarios a los estudiantes de segundo y tercer semestre de Ingeniería Agronómica para que tengan vivencias cercanas con el campo.
En este sentido, han establecido la siembra de pepino y tomate como apoyo didáctico para la enseñanza de morfología vegetal.
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“Con esto lo que buscamos es que los estudiantes puedan reconocer todo tipo de plagas, qué daños hacen, cuáles son los depredadores de estas plagas, cómo preparar un sustrato para una siembra, todo sobre la germinación y eso, en teoría, porque el seguimiento real se hace a través de los cultivos”, sostuvo Carvajal.
El ingeniero resaltó que en los cultivos se implementaron unas trampas cromáticas que se utilizan para capturar insectos, en este caso, para evitar que las plagas lleguen a las hortalizas.
El docente explicó que el pepino ya está en etapa de producción de frutos, mientras que el tomate conlleva un proceso más lento, por lo que los estudiantes también aprender a conocer los ciclos biológicos de los cultivos, entendiendo que el crecimiento y desarrollo puede variar.
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“Estos cultivos son fáciles de mantener y los estudiantes no van a tener ninguna dificultad, pero más adelante se les va a colocar por ejemplo un cultivo de uva que tienen que hacer un emparrado y el manejo es totalmente diferente”, agregó.
El profesor precisó que los estudiantes deben entregar un seguimiento agronómico de todo lo que hicieron durante el semestre, tomar fotos periódicamente, cada semana seleccionar unos cultivos y ver cuánto está creciendo el tallo, el número de pisos foliares, flores y todo lo demás, “una enseñanza más valiosa que estar repitiendo eso en el salón de clase con una tiza”, apuntó Carvajal.
Destacó que el año pasado se recolectaron entre 40 y 45 kilos de pepino, los cuales fueron recolectados por los mismos estudiantes y llevados a sus casas para el consumo.
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