Cansancio, hipertensión arterial, dificultad para respirar, hormigueos, ansiedad y tristeza, fueron los síntomas que sintió Elsa a sus 75 años de edad, quien un día de paseo en familia pidió que la dejaran sola en su casa.

Ella crió a seis hijos y luego siguió con los nietos. Sus hijas la tratan con improperios, la amenazan, le cortan el habla y la aterrorizan sicológicamente, de manera continuada.  

También la  maltratan físicamente, no le proveen los cuidados de aseo, higiene y salud, ni tampoco manutención o mínima alimentación, incluyendo agua potable.

Como los síntomas no son asociados a ningún estado síquico, sus hijas suelen llevarla al médico donde la tratan con fármacos. Incluso, cuando no están de ánimo le sugieren que tome de los medicamentos que ya le habían recetado.

Las sensaciones que presenta Elsa, aunque no suele considerarse así, son típicos del síndrome de la Abuela Esclava, una enfermedad grave que afecta a las mujeres y hombres maduros que son sometidos a una sobrecarga física y emocional.

Según el sicólogo de familia, Carlos Gutiérrez, este síndrome origina graves desequilibrios somáticos y síquicos en la salud.

Hipertensión arterial, cambios metabólicos como diabetes, sofocos, taquicardias, dificultad para respirar, mareos, entre otros síntomas suelen aparecer por el maltrato.

En el mundo, la sociedad occidental es la que menos valora a los viejos, a diferencia de la oriental donde veneran sus conocimientos y se les da un valor especial en el hogar y en el conglomerado en general.

“Los abuelos son maltratados físicamente, emocionalmente  y por abandono”, dijo Gutiérrez. “Para nuestra sociedad occidental, en ocasiones, los ancianos resultan ser una molestia porque muchos sienten vergüenza puesto que sufren de alzheimer o porque tienen discapacidades físicas que se presentan en muchas ocasiones en esta etapa de la vida”, dijo.

Muchas madres de la tercera edad son víctimas de abuso, de extenuantes jornadas en el hogar, y  aunque el maltrato a los ancianos merece castigo según la ley colombiana, al ser tipificado como violencia intrafamiliar, en el artículo 229 del Código Penal, las denuncias son muy pocas.

El secretario de Gobierno de Cúcuta, Óscar Gerardino, detalló que en el último semestre de 2015 fueron denunciados 14 hechos de esta naturaleza en la ciudad: Uno en la Comuna 8; ocho en la Comuna 6, y  cinco en la Comuna 4.

Según Gerardino, los casos son recibidos en las comisarías de familia, no obstante, considera que puede haber un sub-registro alto de casos que no se conocen porque no se denuncian.

La ley señala que el que maltrate física o sicológicamente a cualquier miembro de su núcleo familiar, incurrirá en prisión de 4 a 8 años. La pena se aumenta cuando la conducta recaiga sobre un menor, una mujer, una persona mayor de 65 años o que se encuentre en incapacidad o disminución física, sensorial y sicológica o quien se encuentre en estado de indefensión.

El sicólogo señala que son pocas las personas que se toman el trabajo de denunciar. Pero la mejor recomendación es respetar la etapa vital de los abuelos, tomarlos en cuenta y darles el puesto que se merecen.

Tipos de abuso

El abuso físico. Ocurre cuando se causan daños físicos.

El abuso emocional. Se amenaza, el trato es  humillante, se ignora repetidamente.

El abuso sexual.  Ocurre cuando la persona que cuida a una persona mayor la fuerza a presenciar o ser parte de actos sexuales.

La negligencia. Se presenta cuando la persona encargada del cuidado al adulto mayor no cumple las funciones propias de satisfacer sus necesidades vitales como higiene, vestuario, administración de medicamentos y cuidados médicos. La negligencia puede ser activa o pasiva.

El abandono. Ocurre cuando se deja al anciano solo, sin hacer planes para que alguien lo cuide.

El abuso financiero. Ocurre cuando el dinero o las pertenencias de alguien son robados. Incluye cambiar los nombres en un testamento, en las cuentas bancarias, en las pólizas de seguro de vida o en el título de propiedad de una casa. El abuso financiero se está volviendo extenso y es difícil de comprobar.

¿Cómo determinar si alguien está siendo abusado?

Para el caso de los ancianos, usted puede notar indicios de abuso o negligencia cuando:

Tiene dificultades para dormir.

Aparenta estar deprimido o confundido.

Presenta llanto, gestos de angustia, mirada temerosa, sobresalto y miedo.

Se vuelve retraído y pierde memoria aceleradamente.

Deja de participar en actividades que disfrutaba anteriormente.

Tiene moretones, quemaduras o cicatrices inexplicables en el cuerpo.

Se ve desarreglado, con el pelo sin lavar y la ropa sucia.

Pierde peso sin razón.

Muestra señales de trauma como mecer el cuerpo hacia adelante y hacia atrás.

Desarrolla úlceras o atrofias por presión debido al prolongado reposo en cama o enclaustramiento locativo, y tiene otros trastornos que hubieran podido ser evitados.

¿Quién puede ayudar?

Todos. El maltrato de personas mayores no dejará de ocurrir por sí solo. Es necesario que alguien lo enfrente y brinde asistencia.  Si no se hace una denuncia, persiste en las víctimas el ciclo de violencia y los agresores quedan en impunidad. Si  piensa que un adulto mayor que usted conoce está siendo abusado, ya sea física, emocional o financieramente, hable con esa persona cuando ustedes dos estén solos.