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Cultura
Cucuteño de corazón le cumplió el sueño a Botero
Juan Camilo Montaña logró que el artista colombiano expusiera sus obras en China.
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Eduardo Rozo
Sábado, 16 de Julio de 2016

De niño soñaba con conocer al artista de los ‘gorditos’ y admiraba el trabajo que el maestro Fernando Botero hacía con cada obra. De adulto, no solo lo conoció sino que se convirtió en su mano derecha en China, catapultando exitosas exposiciones que el artista había anhelado.

Él, Juan Camilo Montaña, bogotano de nacimiento y cucuteño de corazón, se radicó en China en 2006, a donde llegó de intercambio. Allí, puso a rodar parte de su proyecto de vida.

El sueño de conocer al maestro Botero tomó forma hace cinco años, cuando Juan Camilo se asoció con una galería colombiana para llevar a artistas jóvenes a ferias de arte en China, Corea y Singapur. “Para esa época se afirmaba que China se convertiría en el mercado más grande del mundo en la adquisición de arte contemporáneo. Sin embargo, los chinos se interesaron por los grandes maestros occidentales y antigüedades de su país”.

Así, los resultados de los colombianos en las ferias no fueron los deseados. Sin embargo, el conocimiento adquirido fue valioso y Juan Camilo, como el estratega que siempre ha sido, decidió jugar a la inversa, hacer exposiciones de artistas chinos en Colombia y junto con ellos trajo a mexicanos y argentinos. De esa forma conoció a artistas y coleccionistas asiáticos. Además, en un viaje a México conoció a los hijos del maestro Botero, quienes le manifestaron el sueño de su padre de exponer en China.

¡Llegó la hora!

El testimonio de los hijos de Botero y los contactos de Juan Camilo en China, facilitaron que empezara a trabajar en la exposición en el Museo Nacional de China en Beijing, hace tres años. En el ente cultural le dieron la dirección del proyecto.

Convertido en el director de las exposiciones de Botero, aún sin conocerlo, logró consolidar tres de talla mundial en Beijing, Shanghái y Hong Kong. “Conseguimos los patrocinadores y desarrollamos proyectos educativos para explicarles a los chinos por qué la exaltación del volumen en las obras”.

Tal fue el impacto que el suceso causó en el maestro Botero, que el 20 de julio del año pasado conoció a Juan Camilo, el hombre que le hizo realidad su sueño de llegar a China.

“Compartimos en Pietrasanta (Italia). El maestro estaba feliz por lo que habíamos hecho en China, pasamos dos días inolvidables con su familia hablando de China, de arte. El maestro es supremamente sencillo, tiene un gran sentido del humor y un corazón enorme”.

Juan Camilo Montaña acompañado de Li Lei, director del China Art Museum de Shanghai y del maestro Fernando Botero.

Las exposiciones

Las exposiciones en Beijing, Shanghái y Hong Kong tienen la no despreciable cifra de 1.5 millones de espectadores, siendo el mejor indicador del éxito de Botero en China. A la par de las exposiciones se han publicado cinco libros en el último año, uno de ellos escrito por el hijo, Juan Carlos Botero y titulado ‘El arte de Botero’.

La crítica y el público en general han estado fascinados con la obra del maestro. “Lo más emocionante es haber presenciado los miles de niños que se sentaban frente a sus obras durante varias horas a hacer sus propias versiones. 

Juan Camilo se ha convertido en testigo de la pasión del maestro Botero por el arte y afirma que pasa ocho horas diarias en su estudio pintando obras maravillosas. Por esa razón los que trabajan con él, no pueden parar. “Hay invitaciones de museos de todo el mundo y mi misión es mantener vivo su legado”.

Para el cucuteño de corazón dirigir las exposiciones ha sido fascinante, cada una con retos a nivel logístico, financiero y curatorial diferentes. “Tenemos invitaciones para llegar a Taiwán, Singapur y Dubai, además de otros lugares del mundo como New York, Washington, Sao Paulo y San Petersburgo. Las obras de Botero han permitido consolidar el arte de Colombia y de Latinoamérica en el mundo”.

Raíces cucuteñas

Juan Camilo Montaña nació en Bogotá y desde bebé, sus padres (Mario Montaña-Luz Perla Perdomo) lo traían a Cúcuta a la casa de sus abuelos Elvira de Montaña y Juan Hernando Montaña. Al crecer, todos los años pasaba las vacaciones en la capital nortesantandereana, a la que le tiene afecto.

De su infancia en Cúcuta recuerda crecer al lado de sus abuelos y pasar días de aventuras con ellos, lo cual marcó su vida positivamente. “Ellos me permitieron reconocer la importancia de la familia en el desarrollo como persona”.

Él estudió administración de empresas en la Universidad de Los Andes y el último semestre lo cursó en intercambio con la Universidad de Macau, sur de China.

Para esa época, 2006, fundó una empresa en China que asesoraba a compañías latinoamericanas para que hicieran negocios con firmas de ese país. En ese mundo, diferentes actividades lo llevaron al arte donde conoció al maestro Botero, a quien le dedica el 80 por ciento de su tiempo.

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