El teatro La Nona de Pamplona desde su fundación, hace 14 años, ha dado pasos que le han permitido el reconocimiento de la crítica nacional y regional.
Ese trabajo es producto de la vocación escénica de los profesionales que lo integran, como son el director, licenciado en educación y especialista Edward Granados, y la productora, especialista en metodología de la educación y magíster en paz, desarrollo y resolución de conflictos, Jacqueline Maldonado Avendaño.
Ambos, esposos, afirman que el vínculo familiar que tienen ha permitido que el grupo crezca, se mantenga vigente y cuente con 15 montajes hechos en los últimos 14 años.
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Maldonado narró que el grupo inició en las aulas de clases de la Universidad de Pamplona y ante la necesidad de darle una nueva dinámica e independencia decidieron con cinco amigos, consolidarlo y darle por nombre La Nona, en homenaje a las abuelas que son el eje principal de la familia.
“Decidimos darle esa identidad al grupo y en ello demostramos nuestro apego y respeto a la región”, sostuvo.
Los dos en la actualidad son maestros de educación y artes visuales de la Universidad de Pamplona, en donde han contribuido a la formación teatral con la conformación del grupo Kinesis.
La productora recordó que en 2015, les ayudó a consolidar el proceso el entonces director del Instituto de Cultura de Pamplona, Edwin Carrillo, quien los ayudó para que se ubicaran en el Museo Anzoátegui, en donde actualmente tienen la sede teatral.
“Él, también nos apoyó para hacer las primeras presentaciones a nivel local, regional, nacional e internacional”, afirmó.
El trabajo
La Nona empezó el trajinar teatral con la obra Las Bacantes, que es una tragicomedia griega. En ese primer año, 2005, se presentaron en el encuentro de teatro universitario Ascun (Cúcuta) en donde Maldonado fue elegida como mejor actriz y Granados como el director sobresaliente.
También en Cali en el mismo año la obra fue catalogada como la mejor escenografía y puesta en escena.
“Estos logros nos permitieron seguir trabajando, porque fue la muestra que si teníamos un buen producto que mostrar”, dijo.
Después siguieron con montajes como Las tres preguntas del diablo enamorado, que tuvo nominaciones a mejor dirección, actor y actriz, en Ascun- Cali 2006.
También la obra Chíchira, obtuvo el premio Enrique Buenaventura por el aporte a la dramaturgia Colombiana, en Cali 2007.
En 2010, igualmente fue seleccionada por el GTZ-Cercapaz, actual GIZ, como una de las diez experiencias de Colombia, significativas en construcción de paz.
Después siguieron montajes como La Clepsidra, La ceremonia, Rin rin renacuajo, Historias locas y La ventana indiscreta.
