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El “dronboarding” es el nuevo deporte de invierno
Mediante un aparato electrónico, los ‘snowboarders’ son controlados durante el pilotaje.
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AFP
AFP
Domingo, 29 de Enero de 2017

En medio de un bosque nevado, a 100 kilómetros de Riga, el lago helado de Ninieris ofrece la imagen perfecta de un plácido invierno, si no fuera por el ruido de las hélices de un dron que surge como un enjambre de abejas furiosas... tirando de ‘snowboarders’.

Conocíamos el esquí náutico y el kitesurf: ahora llega el ‘dronboarding’, aún en estado experimental.

Unidos mediante dos largas cuerdas a este poderoso dron, los dos ‘snowboarders’ giran y se deslizan con sus tablas sobre el hielo a gran velocidad.

Algunos esquiadores de fondo y pescadores observan con sorpresa lo que podría convertirse, un día, en una nueva moda para los amantes de los deportes de invierno.

Este único prototipo, fruto del trabajo de especialistas letones de la sociedad Aerones, está siendo probado con temperaturas bajo cero. Es capaz de tirar de cuatro ‘snowboarders’ a la vez.

“El test parece ser un éxito”, declara Janis Putrams, de 35 años, a cargo del enorme mando a distancia del dron.

“Comenzamos hace dos años. Era una idea que tuvimos un viernes por la tarde, y quisimos saber si era realizable”, explica. “Por eso construimos un pequeño dron de cuatro hélices e intentamos un primer ‘droneboarding’ hace un año”.

Pero la idea era construir “algo más grande” y ver qué potencia podía obtenerse. “Felizmente tenemos en Letonia a la vez grandes ingenieros y grandes inviernos, por lo tanto es algo ideal para el ‘droneboarding’”, dice Putrams.

Aunque las baterías utilizadas actualmente dan una autonomía de vuelo limitada a diez minutos, la potencia es notable: el dron de 55 kilos es capaz de tirar de cuatro personas, y también de portar una carga de hasta 145 kilos.

Teóricamente podría ir hasta 150 km/h, pero semejante velocidad sería demasiado elevada para los ‘snowboarders’, que normalmente van a unos 60 km/h como máximo.

El potencial de los drones en los deportes de invierno parece considerable: ¿qué esquiador o ‘snowborder’ no sueña en poder subir una cuesta tan fácilmente como bajarla?

Pero el principal atractivo de un dron reside en su potencia, según Putrams.

Operaciones de rescate

Tras haber gastado 35.000 euros para construir su prototipo, Aerones busca ahora asociarse con empresas u organizaciones de lucha contra los incendios y de rescate, para pasar a la etapa siguiente de su proyecto.

“No hemos hecho esto solamente por el ‘droneboarding’: podríamos usar un dron para recoger a alguien del techo de una casa, o llegar hasta un sitio en llamas inaccesible por las escaleras. Si nuestro aparato tuviera una alimentación por cable en lugar de baterías, el tiempo de vuelo sería ilimitado”, explica Putrams.

“La fiabilidad y la seguridad son las principales preocupaciones. Los drones mejoran rápidamente, pero harán falta muchas pruebas de certificación antes de que muchos de esos artefactos sean explotados comercialmente, y hay que tener la certeza de que solamente los drones seguros son utilizados”, añade.

Para los audaces ‘snowboarders’ y otros amantes de los deportes de invierno, los drones aportan grandes promesas.

“¡Fue algo genial!”, exclama Davis Ceze, de 24 años. “De hecho es más fácil que hacer ‘snowboard’ en montaña, porque es más plano. No tienes que escrutar las cuestas, y puedes obtener velocidades constantes”, explica.

“¡Es realmente fantástico! Pero el objetivo último sería poder controlar uno mismo su dron, cuando está tirando de ti”, sueña Anita Leina, de 22 años.

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