El resultado de la inflación anual para julio, de 11,78% a nivel nacional y de 12,98% en Cúcuta, confirma que Colombia transita por un nuevo ciclo con tendencia a la baja.
No obstante, para la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (ANIF), tanto el Índice de Precios al Consumidor (IPC) mensual (0,50% en el país y 0,54% en la ciudad) como el anualizado se ubicaron por encima de las expectativas de los analistas, quienes esperaban el mes pasado 0,30% (Banco de la República) y 11,6% (Opinión Financiera de Fedesarrollo y BVC).
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La organización presidida por Mauricio Santa María manifestó que se siguen materializando algunos riesgos importantes que podrán generar repuntes en el nivel de precios, destacando en primer lugar el alza mensual del precio de la gasolina.
“El incremento se ve reflejado en el liderazgo del rubro de transportes en la variación mensual y año corrido. El aumento en los precios de los combustibles podrá imprimir dinámicas de inestabilidad social al interior del país. El temor interno y la aversión al riesgo internacional podrán impulsar la volatilidad del peso colombiano, factor que podrá incidir en la inflación por los precios de insumos y bienes de consumo importados”, agregó la ANIF.
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Señaló que otro factor que se debe monitorear es el fenómeno de El Niño, esperando que su impacto sobre el nivel de precios se materialice hacia el 2024. La ANIF destacó que durante los próximos meses será importante hacer seguimiento el comportamiento del suministro de agua y electricidad, que se podrá ver afectado por choques a la oferta.
“Los servicios de electricidad mantienen, por el momento, su tendencia bajista, pero el precio del agua está al alza y para julio fue la subclase, dentro del rubro de alojamiento, agua, electricidad, gas y otros combustibles, con mayor variación mensual (2,4%). Esto cobra importancia para el análisis de inflación por ingreso, dado que su comportamiento es regresivo, según las ponderaciones del DANE”.
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En su informe, la ANIF indicó que el mayor efecto del suministro de agua sería para los hogares vulnerables, seguido de los pobres, luego la clase media.
Precisó que la escasez de agua asociada a El Niño afecta directamente la generación de energía por medio de hidroeléctricas, por lo que su producción debe ser sustituida por la energía térmica, lo que incrementa los precios en bolsa de la energía y tiene un efecto alcista sobre la canasta energética del IPC.
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A pesar de esto, concluyó la ANIF, la dinámica de incremento en el precio de la energía es un mecanismo de mercado necesario para evitar el desabastecimiento y consecuente racionamiento, que generaría un impacto mayor y más generalizado en el nivel de precios.
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