La advertencia del presidente Gustavo Petro, de quitarle a la Federación Nacional de Cafeteros (FNC) el Fondo Nacional del Café (FONC), si no se reestructura el gremio, inquieta a los productores de Norte Santander.

De acuerdo con el director ejecutivo del Comité Departamental de Cafeteros, Ricardo Mendoza, los recursos del fondo son destinadas a las 548.000 familias cafeteras de Colombia, 16.000 de ellas en Norte de Santander, para inversión social y permiten que tengan a disposición los bienes públicos de Fedecafé.

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Explicó que uno de esos bienes públicos es la garantía de compra, representada por la red de cooperativas, que para el caso de la región es la Cooperativa de Caficultores del Catatumbo, porque a través de ella el productor tiene la certeza de la venta de su cosecha.

(Ricardo Mendoza, director ejecutivo del Comité Departamental de Cafeteros. Foto Archivo)

“Otro bien público es el Servicio de Extensión, que es el acompañamiento técnico de nuestros agrónomos a los caficultores, haciendo esa transferencia de tecnología, para que la caficultura sea cada vez sea más rentable, competitiva y productiva. Otro bien es la investigación científica que hace nuestro Centro Nacional de Investigaciones del Café (Cenicafé)”.

Mendoza señaló que “el cuarto bien público”, por lo que es muy importante el FONC, es la promoción y publicidad del café fuera del país. En cuanto a la inversión social, resaltó que se trata de dinero destinado a programas y convenios con diferentes cooperantes, que permiten impactar de manera significativa el desarrollo socioeconómico de la zona cafetera.

Entonces, de esta manera el gremio trabaja para renovar el parque cafetero y tener cultivos jóvenes, dotando a las familias de semillas, fertilizantes, bolsas, marquesinas solares, entre otros.

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La participación de Norte

El director ejecutivo del Comité Departamental de Cafeteros manifestó que los recursos del fondo se distribuyen en las regiones cafeteras mediante una regla de oro, según su participación en la producción y al número de familias cafeteras.

“Nosotros participamos en esa distribución con el 2,86%. Con esos recursos, desde la Federación se gestiona cooperación con otros actores: gobernaciones, alcaldías, organizaciones internacionales, para jalonar recursos y tener en conjunto convenios, con el fin de hacer inversión social”, agregó Mendoza.

A la interrogante sobre qué puede pasar si les quitan el FONC, el líder gremial manifestó que les inquietan dos cosas: a quién se lo darían para que lo administre y el impacto a las familias cafeteras, puesto que la FNC lleva 96 años haciendo presencia institucional en el territorio, por lo que tiene una fortaleza y capacidad gestión para impulsar la caficultura y conoce las necesidades de los productores.

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“Pero acá también hay algo muy importante, la Federación Nacional de Cafeteros desde siempre, y ahora con el gerente Germán Bahamón, quien lleva tres meses al frente del gremio, ha expresado sus disposición para trabajar de manera articulada con el Gobierno”.

El fondo

El contrato compartido del FONC, firmado en 2016 por diez años entre el entonces presidente Juan Manuel Santos y la FNC, podría terminarse antes por decisión del gobierno Petro. El Fondo Nacional del Café, de naturaleza parafiscal y creado en 1940, administra los recursos que aportan los productores, gestión comercial y regalías por uso de marca.

La contribución de los cafeteros es de US$ 0,6 centavos por cada libra de café verde exportado, US$ 1,08 para café tostado, US$ 0,48 para café soluble y US$ 0,36 para extracto de café. 

El Gobierno autorizó que con recursos del FONC, la federación reciba como contraprestación una suma anual que no exceda del equivalente a US$0,3 por libra del total de las exportaciones del país.

Se trata de un tope máximo, lo cual no significa que esto sea lo que se cobre. El tope actual es de 2,5%, tarifa que estuvo vigente durante 10 años y que, ajustada por inflación, equivale al referido 3%.

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