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Editorial
Concesión, ¿cuál?
El lunes 1 de enero debió entrar a actuar el contratista.
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La opinión
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Lunes, 19 de Febrero de 2018

Si la Alcaldía está en lo correcto, el lunes 1 de enero debió entrar a actuar el contratista al que le entregaron por 20 años la muy jugosa concesión de todos los servicios y funciones de la Secretaría de Tránsito.

Al menos por su absoluta inoperancia —aunque no está entre las funciones, esa es, junto con la corrupción, la cultura de esa dependencia—, parece que sí fue una realidad lo que pregonó en su momento la Alcaldía.

Significa, entonces, que durante los primeros 50 días de este año, Consorcio Servicios de Tránsito y Movilidad de Cúcuta, el afortunado beneficiado con el gran premio, no se ha dado cuenta de lo que le hicieron ganar, en un proceso licitatorio cuestionado y hasta demandado para que lo anulen.

De haberse enterado, quizás hubiera dicho esta boca es mía ante la creciente ola de críticas por el caos increíble del tránsito, agravado con los cierres generados por la construcción del puente Benito Hernández. Por fortuna aún hay Policía, que se echó al hombro la responsabilidad de evitar que Cúcuta colapse y muera de pie.

¿En verdad, como dijo un funcionario público del sector, todo este tiempo el concesionario ‘ha estado recibiendo las carpetas del archivo del Tránsito’, y por ello no ha tenido ni tiempo ni genio para hacerse cargo de lo que ocurre en las calles?

Tiene que ser un archivo increíblemente grande, porque ya van 50 días y aún parece que esa tarea durará más tiempo.

Mientras tanto, como ayer en la mañana en la avenida Libertadores con calle 15, los semáforos no se deciden con cuál luz señalar el paso, y optan por hacerlo con la verde y la roja al mismo tiempo, cuando no las apagan completamente y, así, ningún conductor sabe qué camino tomar.

Mientras secretaría de Tránsito y concesionario entregan y reciben carpetas, las calles son un maremágnum de vehículos estacionados en separadores, andenes y cuanto espacio libre encuentran los conductores, en tanto que las busetas son las dueñas de las esquinas con semáforos, en espera no de que cambie la luz, sino del pasajero que les llenará el cupo. Y, mientras, que los demás conductores esperen…

La concesión está sub júdice, por cuanto, se argumenta, el acuerdo mediante el cual el Concejo la autorizó, se refirió en términos generales a contratar todos los servicios y todas las funciones de la secretaría de Tránsito, algo que no puede ser; no se detallaron los servicios que se debieron concesionar.

Si no está en todo de conformidad con la ley, pues, tal como está, la concesión no tiene mucho futuro y posiblemente sea necesario incluso convocar de nuevo una licitación.

Si se reversa lo actuado, hay que estar preparados para otras largas semanas de caos, porque vendrá la operación contraria: el concesionario tendrá que devolver a la secretaría todas las carpetas que le ha llevado 50 días recibir.

Habrá que pensar, también, en qué ocurrirá con la velocidad en las calles, ya que, según el Municipio, de manera expresa la facultad de controlarla y de sancionar a quienes violen la norma quedó excluida del contrato de concesión. 

Al respecto, queda en el aire una pregunta: ¿y, entonces, para qué el radar…?

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