Una mujer empoderada, arriesgada y valiente, así se describe Sara Gómez, presentadora antioqueña que desde muy temprana edad tuvo que dejar su casa para buscar más oportunidades laborales.

Estudió Comunicación Social y Periodismo en la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín. Siempre le han apasionado los medios, vive y suspira por la presentación, tanto así que ese gusto la convirtió en una de las presentadoras más prestigiosas de Colombia.

Pero no todo en la vida de esta noble mujer ha sido fácil, para llegar al éxito donde  tuvo que afrontar varios obstáculos que el destino le puso en su camino. Hace algunos años su familia sufrió varios percances debido a un mal negocio que los dejó en bancarrota. Fueron días duros, llenos de desconsuelo y desesperación, “pasé varias necesidades, había días en los que no había qué comer, al punto en el que nos regalaban comida”, comentó la presentadora.

Después de haber trabajado en diferentes canales de televisión (UNE, Telemedellín, Cosmovisión, Teleantioquia) tuvo que abandonar su ciudad natal, Medellín, porque sus ingresos no eran suficientes para cubrir la necesidad por la que pasaba su familia. Fue ahí donde arribó a Bogotá, con una visión diferente y abierta a cuanta oportunidad se le presentara. Creyó que todo se iba a solucionar en un abrir y cerrar de ojos, pero no fue así.

“Salí de Medellín con $2’500.000 y con la ilusión de encontrar trabajo rápido, pero no. Fueron momentos muy duros por los que pasé, días de enviar hojas de vida, de hablarle a conocidos, la espera se hacía cada vez más larga”, explicó Sara.

Debido a su situación económica, tuvo que vivir en una zona vulnerable.  “Cuando llegué no fue fácil, empecé viviendo en la 57 con Caracas, una zona peligrosa, pero  no conocía Bogotá y no tenía mucho dinero. Fue la zona que se acomodaba a mi presupuesto”, agregó.

Fueron casi dos años donde no conseguía trabajo, la angustia cada vez era más grande y, al ver que no salía nada de lo que esperaba, optó por hacer de extra en novelas y comerciales “quien iba a imaginar que trabajando en eso, la vida me pondría al hombre con el que hoy en día comparto mi vida: Julián Farietta”, comentó con una sonrisa en la cara.

La fe siempre estuvo intacta, vivía con la mente positiva pensando en que algún día la llamarían para presentar en un canal reconocido del país. Después de tanto sufrimiento, su camino empezó a labrarse diferente, la suerte empezó a jugar de su lado porque sin esperarlo, un ángel, como lo denomina ella, le dio la oportunidad de trabajar en CM& como realizadora de programas “estaba feliz porque veía la oportunidad para estar en otros canales”.

El contrato en este medio de comunicación no duró mucho. Al poco tiempo volvió a quedar desempleada. En ese momento pensó qué sería bueno para su vida: ¿insistir en algo casi imposible? O irse para su ciudad a seguir al lado de su familia y esperar qué oportunidades le llegarían.

Se devolvió a Medellín, triste y un poco decepcionada de sí misma. Tuvo que pasar 15 días para que su estado anímico cambiara. Una llamada un poco sospechosa le esclareció nuevamente el camino, “cuando me voy para Medellín pasan 15 días y me llaman de un canal para hacer un casting. Lo hice desde Medellín porque no tenía la posibilidad de devolverme para hacerlo, lo hice, lo mandé y de inmediato me llamaron para que empezara a trabajar con ellos en un programa de cocina, algo que nunca había hecho, pero estaba dispuesta a aceptar este nuevo reto”, añadió.

Bogotá, otra vez su segundo hogar. Esta vez Sara creía que sería diferente, su instinto le decía que su sueño de ser presentadora estaría más cerca de lo que ella imaginaba. Sí, a los 15 días de estar en la capital la llamaron de Cablenoticias, donde actualmente trabaja, para que hiciera casting como presentadora de entretenimiento. Sus ganas represadas y el deseo de cumplir sus sueños hicieron que obtuviera el puesto, “estaba feliz, siempre había cubierto otras fuentes y hecho otro tipo de programas, pero la vida me llevó a ser presentadora de entretenimiento donde he tenido la oportunidad de aprender y conocer personas maravillosas”.