Indignados se mostraron los residentes de la avenida 6 con calle 5, del barrio El Escobal (viejo), luego de escuchar la detonación de siete disparos, pues los minutos corrían y ningún Policía se asomaba. El hecho se registró ayer, a la 1:30 de la tarde, a escasos metros de la estación. 

“Yo mismo fui, les dije que había un tiroteo y ellos ni cuenta se dieron”, dijo un testigo del hecho.

Según la comunidad, los hombres heridos y que, al parecer, se dedicarían a ser mototaxistas, estaban cumpliendo con su trabajo, cuando un sospechoso en una moto Suzuki GN llegó y les disparó a quemarropa.

Arlex Aguilar estaba junto con José Medina, cuando el hombre de estatura baja, los atacó desde la motocicleta en la que se movilizaba.

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José, quien estaba sentado en la moto de placa AE2D28E, recibió dos balazos en el pecho, pero eso no fue impedimento para intentar huir del pistolero. Sin embargo, sus piernas no pudieron más y cayó arrodillado sobre la vía.

La comunidad, al ver la escena, salió a pedir ayuda, pero como ningún carro les quiso parar, se fueron contra un taxi al que detuvieron y en el que enviaron a Medina hasta un centro asistencial de la ciudad. Mientras tanto, en el piso y con un casco al lado, estaba herido Arlex Aguilar.

También, con dos disparos en el pecho y uno más en el brazo, el hombre, de 26 años, quedó sobre el piso sangrando y nadie lo auxiliaba.

“Cuando el sicario se fue, arrancó por la calle que lleva a la estación, pasó por ahí y nadie se dio cuenta. La Policía no hizo nada”, sostuvo el residente del barrio.

Asimismo, recordó que “días atrás, José Medina, había dejado una herramienta en una chatarrería que está en la esquina con el fin de ir a hacer un trabajo como plomero en Venezuela”.

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En esa zona, que conecta a Cúcuta con Venezuela, delinquen estructuras criminales como La Línea y el Eln, por lo que las autoridades deberán establecer si se trataría de una extorsión o alguna deuda que tenían las víctimas, pues “para nadie es un secreto que comerciantes y trabajadores de aquí, permanecen bajo la sombra de la violencia y el poder que quieren imponer”.

El miedo de la tragedia

Minutos después, a la par con la llegada de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho), la pareja sentimental de Alex Aguilar llegó desde Ureña (Venezuela), pensando lo peor, pues la sangre en la escena y no ver a su ser querido, la llevó a creer que una desgracia había sucedido.

Sin embargo, luego de que las autoridades le explicaran que su pareja sentimental estaba bien, calmó sus lágrimas y en una moto se fue a buscar a su amado, quien en el Hospital Universitario Erasmo Meoz había reaccionado, estaba consciente y a la espera de que le reconstruyeran el brazo, pues la bala se lo partió.

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