Una base militar del Ejército que entró en funcionamiento en 2012 en el corregimiento Campo Dos, de Tibú, y que fue desalojada el pasado mes de febrero, fue invadida hoy por un grupo de personas que ingresó con maquinaria amarilla con la que empezó a destruir las instalaciones que quedaban en pie. 

Según fuentes militares, los soldados salieron de la base porque los predios no pertenecían al Estado y las condiciones de seguridad para los uniformados eran precarias. Por eso, los altos mandos del Ejército tomaron la decisión de que los dos pelotones (más de 60 uniformados) que permanecían en ese punto, salieran de ahí y se dedicaran a cuidar un tramo del oleoducto que pasa por ese corregimiento de Tibú.

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Hoy, desde muy temprano en la mañana, un grupo de personas, al parecer, dirigidas por un grupo armado ilegal, según han indicado varias fuentes de la zona que pidieron no ser mencionadas, ingresaron a la abandonada guarnición militar para llevarse techos de zinc, colchonetas, camarotes y otros enseres que había.

Alguna maquinaria pesada también está trabajando en el lugar, tumbando paredes y techos para dejar solo el lote que pertenecería a una empresa de la zona. La maquinaria, que se observa en varios videos que han circulado en redes sociales, pertenecería, según fuentes de la zona, a una de las empresas ubicadas en el sector y fue robada por las personas que hoy ocuparon los terrenos de la antigua base. 

La Opinión conoció que esta situación que se presenta en el Catatumbo tiene que ver también con la drástica reducción de personal que están enfrentando las fuerzas militares, pues al no tener servicio militar obligatorio, cada vez son menos los uniformados que pueden prestar seguridad en distintos sectores de esta convulsionada zona de Norte de Santander.

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