Como Robert Hernández Rivera fue identificado el hombre que apareció baleado en un camino solitario del corregimiento de Guaramito, en la zona rural de Cúcuta, el pasado sábado en la mañana.

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La víctima, de 33 años, trabajaba en un cultivo de arroz en el corregimiento de Puerto Villamizar, donde vivía solo y, al parecer, no tenía problemas. “Él siempre estuvo ahí, una persona sana y trabajadora, este dolor nos tiene muy mal”, dijo una hermana.

La última vez que lo vieron fue el sábado 29 de marzo, cuando fue a visitar a su mamá desde la mañana, almorzó con ella y sus hermanos, pero en la noche se despidió y fue para su casa.

Al día siguiente, sus familiares notaron que él no respondía sus mensajes de WhatsApp ni contestaba sus llamadas, por lo que se desplazaron para la residencia de Robert a averiguar qué le había sucedido, pero no lo encontraron.

Al no tener noticias sobre su paradero, denunciaron su desaparición. Con el paso de los días fueron perdiendo la fe en volverlo a abrazar y se aferraron a la idea de encontrar siquiera su cuerpo.

El hallazgo

La familia se enteró el sábado en la tarde sobre el hallazgo de un cadáver, que vestía un buzo y sudadera negra, además tenía cinco impactos de bala en la cabeza y la espalda, en Guaramito, por lo que se desplazaron hasta el Instituto de Medicina Legal, donde les mostraron una fotografía del cadáver, reconociendo al instante que se trataba de Robert Hernández.

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En ese momento protagonizaron una escena de dolor, por lo que arribaron a la Fiscalía, en Cúcuta, para declarar y adelantar el papeleo para reclamar el cuerpo en la morgue del Cementerio Central y darle el último adiós.

Por  la situación de seguridad, la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) no se trasladó hasta ese corregimiento para la inspección técnica, por eso los empleados de la funeraria Nuestra Señora de los Andes trasladaron el cuerpo hasta las instalaciones de la Sijín, en Corral de Piedra.

“Nadie en la zona conoce a la víctima, parece ser que la trajeron desde el vecino país y esta intentó escaparse, por lo que la balearon y dejaron el cuerpo tirado allí”, indicó una fuente judicial.

Las autoridades tienen pocos detalles de lo ocurrido y de los responsables del macabro ataque. En Guaramito hacen presencia las Autodefensas Gaitanistas de Colombia y el Eln, que mantienen disputas por dominar el territorio, pues el paso de narcotráfico y el cobro de extorsiones hacen que estos apartados lugares sean apetecidos por estas organizaciones.

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