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Judicial
Las huellas, piezas claves en investigaciones judiciales
La unidad móvil de criminalística de la Sijín se ha encargado de resolver varios hechos gracias a las huellas.
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Domingo, 24 de Noviembre de 2019

Las técnicas con las que hoy cuentan las autoridades judiciales para resolver las investigaciones que llevan, bien sea por secuestro, hurto, homicidio, extorsión o tentativa de asesinato, son tan sofisticadas, que por una simple huella dactilar, un cabello o una muestra de sangre que recojan en la escena donde ocurrió cada uno de los casos, pueden llegar a identificar a los responsables.

Y es que, al mejor estilo de CSI (Crime Scene Investigation), los peritos criminalísticos llegan a cada sitio donde han sucedido los hechos, y comienzan a verificar en detalle. Si notan algo extraño que les pueda servir, sacan sus luces especiales forenses y unas gafas de colores, y empiezan a rastrear palmo a palmo.

Si observan que hay una huella dactilar, sin importar el punto o el objeto donde esté, sacan un polvo negro, que echan sobre una pequeña brocha, y lo esparcen hasta ver que la pista sirve. De inmediato, ponen sobre ella un pedazo de adhesivo transparente, donde queda plasmada, y luego es llevada al laboratorio criminalístico para su respectivo estudio.

Pero, si también encuentran algún cabello, rastro de sangre o tejido epitelial (pedazo de piel), es recogido y sometido a otro análisis que lleva al ADN de quien sería el responsable del hecho.

Estas pruebas también son practicadas en las personas que han sido asesinadas, bien sea para saber quién es el homicida, o para identificar a las víctimas.

La unidad móvil de criminalística de la Sijín, de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc), se ha encargado de resolver varios hechos gracias a las huellas dactilares que han recopilado en las escenas que han tenido que inspeccionar. 

En el último año han obtenido muy buenos resultados en seis casos, por hurto y homicidio, y han logrado identificar a varias personas asesinadas.

Dos casos relevantes

Entre los casos que han sido resueltos, está el de un campesino que fue asesinado y enterrado en su misma finca, ubicada en zona rural de Los Patios.

La Opinión conoció que el hecho se presentó a principios de 2018 en la vía que comunica a las veredas El Helechal y 20 de Julio, corregimiento La Garita, en el área metropolitana de Cúcuta.

Hasta un predio de ese sector llegaron varios hombres armados, que estaban bajo el mando de Luis Jesús Escamilla Melo, más conocido como Cochas, y quien apareció muerto el 20 de marzo de 2018 en El Vigía, estado Mérida (Venezuela).

Los desconocidos, para imponer su imperio de terror, mataron al encargado de la finca y lo enterraron en una zona boscosa. Después de unos meses, y en medio de la angustia de la familia de la víctima, alguien halló la fosa donde estaban los restos, avisando a la Policía.

La Mecuc organizó todo y envió a la unidad móvil de criminalística de la Sijín a llevar a cabo la exhumación. Una vez recuperaron los restos, iniciaron la identificación plena para saber si de verdad era la persona desaparecida.

Los peritos forenses recuperaron el guante epidérmico (la piel de la palma de la mano), y lo sometieron a unos procesos químicos, logrando recuperar las huellas; luego, el dactiloscopista se encargó de verificar la identidad, encontrando que efectivamente se trataba de José Rojas, la persona que fue asesinada por Cochas y su gente.

Otro hecho que los funcionarios de la Sijín lograron sacar adelante fue una tentativa de homicidio que se presentó el 10 de agosto de 2016, cuando intentaron matar a una persona en Los Patios porque su jefe no quiso pagar una ‘vacuna’.

Todo se dio porque la víctima, en su afán de salvarse, le arrancó de un mordisco una falange del dedo índice, de la mano izquierda, a uno de sus agresores.

La historia se presentó en una finca ubicada en el kilómetro 8, de esa localidad del área metropolitana de Cúcuta, cuando un labriego fumigaba un cultivo de arroz y dos desconocidos llegaron, y luego de quitarle el machete que tenía, lo golpearon al punto de casi matarlo. Sin embargo, la víctima sacó fuerzas y después de morderle el dedo a uno de sus agresores, corrió, encontrando ayuda y siendo trasladado a un centro asistencial.

Días después, los familiares de la víctima encontraron el pedazo de dedo y se lo entregaron a las autoridades, quienes de inmediato iniciaron el tratamiento de pulpejos, recuperando la huella, dándose cuenta de que el agresor fue reseñado el 16 de febrero de 2015, por el delito de hurto calificado.

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