Con hambre, furia y cansancio, los detenidos que se encuentran recluidos en la estación Centro de la Policía Metropolitana de Cúcuta, en el sector Corral de Piedra, a la 1:30 del mediodía de ayer, se unieron para incendiar un colchón en uno de los calabozos, como protesta por la situación de hacinamiento que los afecta.
Según el general Óscar Moreno, comandante de la Mecuc, en esta oportunidad las solicitudes que exigían los internos, eran mejores alimentos y supervisión adecuada de salud.
“Recordemos que estos sitios tienen un número considerable de personas capturadas, la situación ya fue expuesta al Alcalde y Gobernador, se está trabajando para que hayan soluciones oportunas en poco tiempo”, afirmó el alto mando policial.
Sin embargo, se conoció que varios capturados que estuvieron protestando expresaban su desesperación con la situación actual y exigían a las autoridades competentes que los trasladaran a la Penitenciaría de Cúcuta, pues aseguran que tendrían más espacio que donde se encuentran ahora.
Cristian Buitrago, secretario de Gobierno Municipal, explicó que por temas de seguridad y salud, luego de la COVID-19, los protocolos de traslados de una estación a la cárcel, son más costosos.
“Lo primero es aclara que el centro penitenciario tiene como prioridad a los capturados que ya presentan condena, sin embargo, se está manejando una propuesta con el Ministerio del Interior para construir un ‘Centro Transitorio de Reclusión’, con un modelo de construcción rápido y con terrenos de la Alcaldía, pensando exclusivamente en ese problema de hacinamiento en las estaciones, que podrá albergar un mínimo de 500 personas”, manifestó el funcionario.
Situación crítica
Esta situación lleva meses acumulando problemas de inseguridad, dentro de las celdas, con riñas que han terminado en la muerte de internos, como afuera de las estaciones, donde las fugas cada vez son más frecuentes.
El hacinamiento está escalando a dimensiones gigantescas, un claro ejemplo es la estación Centro, que está diseñada para contener 16 reclusos y actualmente hay 92 personas capturadas.
Lo que significa que el espacio construido para una persona en estos centros de detención, está siendo compartido por seis más, generando inconformidades diarias que han desencadenado golpizas e intolerancias entre los internos.
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