Los habitantes de la avenida 4 con calle 3, del barrio Chapinero, en la ciudadela Juan Atalaya, no querían perderse ni un solo detalle de la diligencia de inspección y el levantamiento del cadáver de Wilson Camilo Ortega Sarabia, de 24 años, quien fue asesinado con sevicia por un pistolero, la tarde de ayer.
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Algunos vecinos del lugar señalaron que las detonaciones de al menos 22 disparos se escucharon como una ráfaga, similar a un espectáculo de pólvora en la época decembrina. De los cuales, 20 impactaron en la víctima.
“Yo estaba haciendo aseo cuando empecé a escuchar esa ráfaga y pensé que era pólvora, pero al momentico vi que la gente corría diciendo que habían matado a alguien”, recordó una habitante del lugar, mientras los miembros de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) se encargaban de la inspección en la escena.
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La diligencia se prolongó durante al menos dos horas, mientras los investigadores recopilaban la evidencia en el lugar, donde quedaron 22 vainillas.
Según se conoció, un pistolero que se movilizaba en una motocicleta marca Libero, se acercó hasta el frente de la vivienda donde estaba la víctima y de inmediato empezó a disparar contra su objetivo.
“Él estaba en el porche de la casa, al parecer, jugando con una menor de edad y en ese momento le empezaron a disparar y aunque intentó esconderse en la sala, el pistolero no dejó de accionar el arma hasta verlo caer muerto”, dijo una fuente judicial.
Las autoridades indagan si en el hecho también participó otro hombre, que, al parecer, pasó por la vivienda y le señaló al autor material que ahí estaba la víctima.
Aprovecharon la visita
Wilson Camilo llegó a visitar a su pareja, que tiene seis meses de embarazo, en la vivienda donde ocurrió el homicidio, cuando el asesino llegó de manera desprevenida y lo atacó.
Se conoció que Ortega estaba ilusionado con la espera de su hija y por eso estaba empezando a comprarle algunas cosas necesarias para el nacimiento.
Una fuente judicial aseguró que el pistolero que cometió el crimen hizo múltiples disparos y hasta intentó romper el candado a bala.
“Estamos indagando y ya se tienen algunos indicios de quién pudo originar el homicidio. Es un tema que se está avanzando y se espera tener resultados pronto”, insistió la fuente judicial.
Al lugar del hecho arribaron algunos familiares de la víctima que no pudieron evitar el dolor al ver el cadáver de su ser querido tendido en la entrada de la vivienda.
Un secuestro
En octubre de 2017, la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) capturó a Wilson Ortega, junto con dos hombres más, mientras custodiaban a una persona, de 19 años, que presuntamente tenían secuestrado en una vivienda ubicada en La Parada, de Villa del Rosario.
Los gritos de auxilio que alcanzó a lanzar la víctima fue lo que alertó a las unidades de la Mecuc, para que se percataran de la escena, donde estaba atada de manos y pies, mientras Ortega y los otros capturados lo tenían rodeado.
Según se conoció en ese momento, los tres detenidos habrían retenido a la víctima en territorio venezolano y posteriormente la llevaron a la vivienda.
Según la Policía, estando en territorio colombiano, el extranjero fue intimidado con un arma de fuego y secuestrado, mientras que por su liberación exigían 10 millones de pesos.
“Tras el rescate, esta persona fue trasladada a un centro médico, con la finalidad de ser valorada por personal especializado, terminada la revisión médica, el joven interpuso la denuncia ante la autoridad competente”, agregó una fuente judicial en ese entonces.
Además, las autoridades investigan si Ortega Sanabria haría parte de una estructura dedicada a cometer fleteos y otros delitos, por lo que hace poco había salido de la cárcel.
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