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Norte productivo
‘El escudo de El Zulia es mío’
Las pinceladas de cariño por El Zulia están empezado a brotar en las manos de sus niños, quienes hacen parte de la Casa de la Cultura coordinada por Marco Aurelio Garavito Mendoza, un hombre que a menudo les cuenta a sus pupilos de qué manera él le hizo un aporte cultural al municipio, todo por amor al arte.  
Martes, 25 de Febrero de 2014

Pese a eso, este artista plástico y diseñador gráfico empírico, pero con algunos estudios técnicos en la Universidad de Pamplona, hoy cree que lo asaltaron en su buena fe, pues en 1999 el alcalde de turno, Luis Alberto Carrero López, convocó a cuatro artistas zulianos para que cada uno presentara su diseño.

“Lo que sucedió fue que entre los cuatro, fuimos escogidos dos, pero al final ganó el trabajo del otro compañero. Evalué ambos trabajos y a mí me pareció mejor el mío, pero respeté la decisión. Pero ese escudo nunca fue usado ni dado a conocer, hasta cuando llegó el siguiente alcalde, Luis Harvey Cardona Vega, quien me mandó a llamar para presentarlo de nuevo”.

El artista asegura que reformó su trabajo, pero ya no fue en un concurso, sino a título personal, por lo que le prometieron un pago de 4 millones de pesos. Pero lo se ganó fueron 50 mil pesos.

“En un cumpleaños de El Zulia en 2004, que es el primero de diciembre, se decidió que se iba a presentar ante la ciudadanía. Pero antes fue socializado ante la comunidad y el Concejo, porque se tenía claro que el escudo que había ganado era el otro, pero nunca se usó. Entonces ese día yo fui a enmarcar el cuadro bien bonito, con vidrio antirreflejo, que es el escudo que está actualmente en el despacho del alcalde”.

“Recuerdo que eso me costó 50 mil pesos, pero el alcalde Luis Harvey Cardona me dio 100 mil, es decir que me gané 50 mil pesos por hacer el escudo de El Zulia, por generarle al municipio uno de los sentidos más importantes de pertenencia. Pero no importa, porque lo que vale es que yo sé que yo lo hice y que mi trabajo está plasmado con cariño por mi pueblo”, agregó el artista.

Años después de su anécdota, lo que resalta es que gracias a sus padres y a Dios, como lo expresa contínuamente a sus estudiantes, es que por el amor al arte, pudo dejar su nombre plasmado en  el municipio con el escudo, que ha sido llevado a todos los eventos oficiales y hace parte de los membretes en la documentación de la administración. Ese es el legado que le quiere dejar a los 42 niños y jóvenes que hacen parte de la Casa de Cultura, con técnicas como la del carboncillo, sombra de lápiz, mano alzada y óleos.

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