Directivas de la Asociación del Acueducto Independiente de la Ciudadela Norte, Adamiuain, instauraron una querella en contra de los invasores de los terrenos aledaños a la planta de tratamiento.
Más de 300 personas se apoderaron de los predios donde se proyecta la construcción de un bioparque en aras de promover la conservación de los recursos naturales. Los destechados proponen la comprar de los feudos para efectuar un programa de vivienda de interés social aprovechando la cobertura en los servicios públicos, con el suministro de agua potable.
Sin embargo, los representantes de Adamiuain no están de acuerdo porque el área fue adquirida para mantener el ecosistema mediante la declaratoria de reservas forestales.
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La entidad, durante 37 años de existencia, ha brindado el servicio de acueducto, alcantarillado y aseo en el sector norte y ha realizado un gran trabajo ambiental con su reserva natural. En la actualidad cuanta con mil 343 usuarios.
Conciliación entre las partes
A raíz de la invasión se dio un encuentro con los miembros de la Junta Directiva; comité veedor; el personero, Jorge Armando Bohórquez Lanzziano; Comisaría de Familia y el comandante de la estación de la Policía Nacional, Mayor Fabián Andrés Sarmiento, donde se acordó el cuidado de los recursos naturales, sin talar árboles, mientras se analiza la situación.
“Es importante informar a la comunidad de Ocaña que personas indeterminadas han realizado ocupación de hecho en predios que son propiedad de los asociados, destinados para la conservación y la construcción de un bioparque para la comunidad de Ocaña”, reporta la administradora Virginia Amaya Quintero.
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“Nosotros, que somos ambientalistas, queremos mantener esos predios para la conservación. El próximo domingo los asociados, durante la asamblea general, determinarán las acciones tendientes a solventar la problemática”, explica.
Proponen una negociación
El vocero de los invasores, Julián Orozco, manifiesta que el movimiento lo impulsa mucha gente humilde cansada de pagar arriendos, con la ilusión de contar con una vivienda propia. “La mayoría viven del rebusque diario, con actividades informales y en muchas ocasiones no tienen para comer, entonces se les dificulta pagar a los inquilinos”, señala. La intención es adquirir estos terrenos vacíos y buscar con el Gobierno los recursos para levantar las soluciones habitacionales.
“No tenemos ni dónde caernos muertos, rogamos que nos ayuden en este propósito. Al menos que lo vendan, lo podemos pagar con los arriendos cuota por cuota para tener una vivienda digna”, puntualizó.
Por su parte, Mónica Guerrero, madre de familia integrante de la Asociación manifiesta que existe muchas familias necesitadas en la región producto del desplazamiento forzado y el fenómeno migratorio.
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“Al mandatario local que se ponga la mano en el pecho, ya que estamos durmiendo a la intemperie, tenemos niños que se puede enfermar de problemas bronquiales”, dice Guerrero.
Modelo comunitario
El proyecto comunitario lleva agua potable a más de 1.300 familias en la zona norte de Ocaña y mantiene una reserva forestal de 600 hectáreas.
Esa acción es el reflejo del trabajo colaborativo y la unión comunitaria surgida el 18 de julio de 1985. En los 37 años de historia se recuerda al gran benefactor y líder social, ya fallecido Cristóbal Navarro, que impulsó junto a un puñado de voceros comunales la creación de la empresa debido a problemas en el suministro de agua potable.
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En esa misión altruista proceden a hipotecar sus viviendas para comprar mangueras y traer el preciado líquido desde la quebrada Brava.
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