Los incendios forestales que se han originado en los últimos meses en la provincia de Ocaña y zona del Catatumbo han dejado en evidencia las precarias condiciones con las que tienen que trabajar los organismos de socorro.
Así lo confirmó el Cuerpo de Bomberos de Ocaña al revelar que trabajan “con las uñas” para poder sofocar las llamas, por lo que han requerido dotación especial para escalar terrenos escarpados y penetrar estructuras de difícil acceso.
Ante esta situación, el alcalde de Ocaña, Emiro Cañizares Plata ordenó un inventario para formular una iniciativa encaminada a lograr la dotación del personal con trajes especiales para apagar fuegos, herramientas esenciales encaminadas a conjurar las emergencias y repotenciación del parque automotor.
El comandante del Cuerpo de Bomberos de Ocaña, sargento Yefrey Peñaranda levantó el diagnóstico de las necesidades más sentidas de la entidad para canalizar recursos del orden nacional.
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Aunque la Cooperativa de Ahorros y Créditos (Crediservir), gracias a los programas de rentabilidad social entregó dotación primaria a los organismos de socorro de la provincia, los equipos se quedan cortos ante la magnitud del problema.
Ambulancia sin certificación
Los servicios de la ambulancia del Cuerpo de Bomberos de Ocaña han quedado suspendidos debido a que la licencia para el transporte de pacientes expiró el pasado 3 de marzo, por lo que el alcalde de Ocaña está adelantando los trámites para volver a habilitarla por parte del Ministerio de Salud y Protección Social.
“Se adelanta la gestión para hacer las adecuaciones y ese automotor sea utilizado para el traslado de personal de socorro y heridos durante las emergencias. Avanzamos en los trámites y esperamos noticias positivas al respecto”, agregó el mandatario.
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El alcalde precisó que además están revisando las condiciones técnicas y mecánicas de todo el parque automotor, para ofrecer un óptimo servicio, y evitar cualquier contratiempo en medio de alguna emergencia.
Equipos obsoletos
El comandante del Cuerpo de Bomberos de Ocaña manifestó que los 7 vehículos adscritos a esa entidad ya cumplieron su vida útil, por lo que se requiere un proceso de la potencialización o adquisición de otros de avanzada tecnología.
Las máquinas apagafuegos datan de los años 75 y 80 para atender a una población que supera los 120 mil habitantes. “Los repuestos valen entre 40 y 50 millones y la reposición total supera los 1.000 millones de pesos cada una y con recursos propios es imposible reunir esa cuantía”, anotó el socorrista.
A lo anterior se suman los recursos que se necesitan para habilitar y calibrar los equipos asistenciales, el certificado de las brigadas de enfermeros titulados y los insumos que, según el comandante, ascienden a los 30 millones de pesos.
Asimismo, señaló que la reparación de la camioneta de rescate y ataque rápido con tanque de almacenamiento de agua y el vehículo para el traslado de material y personal durante los siniestros forestales aumenta los gastos operacionales.
“Por sobretasa bomberil de los impuestos de predial unificado, industria y comercio se percibe al año la cifra de 460 millones de pesos, pero la nómina cuesta 530 millones. Aquí completamos con la prestación de servicios, convenios con otras alcaldías donde no hay bomberos, capacitaciones, venta de extintores y arriendo de parqueaderos”, señaló el sargento Peñaranda.
El sargento indicó que urge, además, la adecuación de la estación ubicada sobre la avenida Francisco Fernández de Contreras, pues se inunda cuando llueve, debido a los problemas en los sistemas de desagües.
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