En septiembre de 2018, la Veeduría Todos Somos Santurbán denunció el ingreso desmedido de turistas al páramo Santurbán, con el agravante de que estaban contaminando la zona, generando desequilibrio. Pasados ocho meses, la práctica continúa, y por ello piden con urgencia la intervención del Estado.
El ingreso de turistas de forma no organizada y creciente comenzó en 2016. Inicialmente fue solo a Lagunas Verdes, vereda Ranchadero de Silos, pero con el paso de los años el fenómeno se extendió al complejo lagunar Antalá, impactándose la laguna El Cornal, en límites de Silos y de Cácota.
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“Cada fin de semana se observan entre 20 y 40 personas ingresando a las lagunas, sin tener en cuenta la capacidad de carga del páramo. Las empresas que promueven la práctica no respetan los letreros de propiedad privada que pusieron las familias para cuidar sus predios y evitar el desequilibrio en la zona de alta montaña”, dijo Fredy Maldonado Vera, presidente de Todos Somos Santurbán.
Las denuncias de la veeduría fueron puestas en conocimiento de la Procuraduría, Corponor (sede Pamplona) y Policía de Norte de Santander.
En esta vigencia la Procuraduría Judicial, Ambiental y Agraria de Norte de Santander, le notificó a la veeduría que se habían emitido alertas para que las Alcaldías, Corponor y la Policía, actuaran dentro de las competencias.
El alcalde de Silos, Orlando Portilla, informó que se hizo una inspección ocular, evidenciándose afectaciones como fogatas cerca de lagunas, papeles, plásticos, botellas, aluminio y frailejones tumbados.
Pese a ello la acción fue pedir la intervención de la Policía con un puesto de control en el sector Picachito, lo cual de acuerdo con la veeduría es válido, pero si se hace en los ingresos a Lagunas Verdes y a El Cornal.
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A su vez el director de Corponor en Pamplona, Henry Humberto Cruz Cruz, dijo que con los Comités de Educación Ambiental se han ejecutado talleres sobre regulación del turismo.
Este hecho en concepto de la Veeduría representada por Maldonado, debería hacerse no solo con los habitantes del casco urbano, sino los fines de semana con los caminantes que ingresan a las lagunas.
“La Ley de Páramos, la Constitución Política, el Sistema Nacional Ambiental (Sina) y la normatividad internacional vinculante en Colombia, son claras al señalar que los páramos son objeto de protección especial por tanto en ellos brota el agua para consumo humano”, argumentó Maldonado.
