A mediados de enero de este año se conoció una demanda contra el alcalde de Cúcuta, César Rojas, por una aparente violación de los topes de ingresos y gastos de la campaña, para los comicios de octubre de 2015. El proceso hace curso en el Consejo Nacional Electoral (CNE).
El demandante es Néstor Beleño Carvajal, contra quien se presentó una querella ante el fiscal delegado ante los jueces penales municipales de Cúcuta.
La acción la interpuso el abogado Jairo Ibero Ortega, en su condición de apoderado del encarcelado exalcalde Ramiro Suárez Corzo.
El asunto que llevó a elevar la denuncia es el que se encuentra en el punto siete de la demanda electoral.
De acuerdo con la transcripciíon hecha por Ibero Ortega, “Néstor Beleño Carvajal manifiesta lo siguiente:
“La campaña de César Rojas dice que invirtió solamente $467’650.000 lo cual no es cierto. Invirtió más dinero porque públicamente es un hecho notorio que Ramiro Suárez Corzo solicitó a varias personas que aportaran a la campaña. El mismo Suárez Corzo manifiesta que invirtió dinero en la campaña y ninguno de esos ingresos de dinero están en la contabilidad.
“Existe una serie de taxistas y transportadores que se les pagó por el servicio. Existen personas con camisetas de César Rojas y resulta que ninguna aparece paga en la cuentas.
“Durante la campaña se dieron refrigerios y almuerzos y no aparecen registrados en los gastos, viajes a Bogotá, pasajes aéreos, gastos de estadía en Bogotá, de transporte hasta la penitenciaría La Picota a recibir órdenes de Ramiro Suárez Corzo, por tanto debe investigarse cuales fueron las cuentas reales de la campaña”.
Suárez Corzo, quien purga 25 años de cárcel por el asesinato del asesor Alfredo Enrique Flórez, dejó plasmada esta afirmación en la demanda:
“Actualmente me encuentro recluido en la penitenciaría La Picota de al ciudad de Bogotá y no hice ninguna inversión de dinero en la campaña de César Rojas, tampoco solicité a varias personas que aportaran dinero a la campaña, tampoco le pague viajes a Bogotá, pasajes aéreos y gastos de estadía y transporte hasta La Picota a nadie para que recibiera órdenes mías”.
La Opinión
