Como fue advertido por parte de diferentes sectores, no terminaron bien las movilizaciones convocadas ayer por los sindicatos y las centrales obreras, para exigir la inmediata elección de fiscal general de la Nación, justo el mismo día en que la Corte Suprema de Justicia tenía programada una nueva votación para intentar definir el nombre del sucesor de Francisco Barbosa, cuyo periodo termina este lunes 12 de febrero.

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Desde muy temprano, miles de simpatizantes del presidente de la República, Gustavo Petro, salieron a las calles de las diferentes ciudades del país, para atender el llamado hecho el pasado viernes por el propio jefe de Estado, a “la máxima movilización popular por la decencia”.

A raíz de que, nuevamente, ninguna de las tres candidatas consiguió los 16 votos necesarios para asumir el cargo, y este escenario le abre paso al encargo de la vicefiscal general, Martha Mancera, mano derecha de Barbosa, los ánimos terminaron por agitarse, principalmente en Bogotá, por parte de quienes adelantaban un plantón frente a la sede de las altas Cortes.

Arengas como “¡Fuera, Barbosa! ¡Fuera, Mancera! ¡Fuera, Barbosa! ¡Fuera, Mancera!”, “El pueblo, unido, jamás será vencido” y “Corte perezosa, cómplice de Barbosa”, se escucharon durante varias horas a las afueras del alto tribunal.

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Sin embargo, el asunto se salió de control después del mediodía, luego de que algunos de los manifestantes intentaran entrar por la fuerza a la sede del máximo tribunal de justicia, lo que, por momentos, trajo a la memoria la fatídica toma del Palacio de Justicia, en noviembre de 1985, por parte del M-19.

Esto obligó la intervención de la Policía Nacional, por orden del mismo presidente Petro, quien pidió actuar sobre las personas que estaban impidiendo la libre movilidad de los magistrados y presentar un informe público para conocer quiénes eran los responsables, al tiempo que insistió en defender las manifestaciones, pues aseguró que estas fueron infiltradas “con objetivos políticos”.

“En mi gobierno no se permiten infiltrados en las marchas con objetivos políticos que no son los de los manifestantes. Estas personas enviadas para bloquear el Palacio deben ser profundamente investigadas. La orden a la Policía es despejar las puertas con respeto pero con contundencia. Punto”, escribió en su cuenta de X, en donde estuvo muy activo durante todo el día defendiendo las movilizaciones y su objetivo central.

Petro aseguró que la única que ataca a la justicia “es la externa derecha que teme una fiscal decente (sic)”.

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Luego agregó que así como “la Corte Suprema tiene el derecho y el deber de elegir fiscal libremente, la ciudadanía tiene el derecho de manifestarse”.

Sobre las 6:00 de la tarde, después de que se diera la presencia del director nacional de la Policía, general William René Salamanca,  y Unidad Nacional de Diálogo y Mantenimiento del Orden (Undmo) interviniera para controlar a algunos de los manifestantes, los magistrados pudieron salir del Palacio de Justicia.

Aumenta la tensión

Lo sucedido ayer en Bogotá desencadenó un ambiente de tensión en el que, una vez más, el debate frente a la separación de poderes volvió a quedar servido y la polarización a flor de piel.

Al unísono, las altas Cortes pidieron respeto a la autonomía judicial y a la integridad de la magistratura.

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Los primeros en pronunciarse fueron los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, quienes por medio de su presidente, Gerson Chaverra, leyeron un comunicado en el que rechazan el “asedio” de este jueves al Palacio de Justicia y exigieron al Gobierno Nacional brindar las garantías necesarias para que la corporación “pueda ejercer sus funciones sin presiones ni hostigamientos”.

“La democracia queda en vilo cuando cualquier sector o actor de un país pretende presionar política, física o moralmente decisiones de la justicia”, manifestaron.

Señalan que es “inaceptable que se llegue a sitiar a jueces cuya independencia, autonomía e imparcialidad debe ser impulsada y promovida tanto por la sociedad como por los poderes públicos del Estado”.

A su llamado de atención se unió la Corte Constitucional, que además instó “a la sensatez y a la calma”. La magistrada Diana Fajardo, presidenta del tribunal, precisó que es necesario “que no se bloquee, presione o amedrente a las instituciones de justicia”.

“Los jueces en todos los niveles requieren de tiempo, espacio y condiciones aptas para una adecuada deliberación y decisión de los asuntos y encargos propios”, planteó.

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Lo propio hizo el Consejo de Estado, por medio de su presidente, Milton Chaves García, quien también llamó a la mesura y al respeto por la institucionalidad de los tres poderes del Estado.

Desde el Gobierno Nacional, igualmente, se escucharon voces que intentaron bajar los ánimos a la confrontación desatada e invitaron a la ciudadanía a respetar las decisiones de la Corte.

“Los ciudadanos tienen todo el derecho a manifestarse y presentar sus inquietudes en la medida en que no se generen actos de violencia. (…) La propia Corte no quiere verse involucrada en acciones que terminen en enfrentamientos con ciudadanos, por eso pidieron un manejo muy prudente”, manifestó el ministro del Interior, Luis Fernando Velasco.

El ministro de Justicia, Néstor Osuna, entre tanto, dijo que el Gobierno respeta el derecho a la protesta, pero no las vías de hecho, mediante las cuales “se ha intentado cercenar la libertad de los magistrados” de la Corte Suprema de Justicia.

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“El Gobierno Nacional respeta las decisiones de la Corte Suprema de Justicia y sus tiempos, y lo hará siempre, aunque haya controversias, aunque haya deliberación a veces airada”, expresó el jefe de la cartera de justicia.

De manera paralela, la Organización de Estados Americanos (OEA) se pronunció en medio del debate que ha suscitado en el país la elección de nuevo fiscal, pero para rodear al presidente Gustavo Petro y pedir que se respete su mandato presidencial.

“La Secretaría General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) exige que se abandonen los intentos por parte de diferentes actores políticos de dañar el proceso democrático en Colombia”, dice un documento conocido ayer en la tarde.

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