La pandemia, la desbordante llegada de migrantes y desplazados al territorio y el desorden urbanístico en que se ha expandido el municipio de Villa del Rosario en la última década es lo que ha agudizado la falta de agua potable en esa localidad fronteriza de norte de Santander.
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La sequía es tal que en un municipio con más de 117.000 habitantes, según censo del DANE, más unos 20.000 nuevos residentes entre migrantes y desplazados, el acueducto local que hoy está en manos de la multinacional Aqualia solo produce líquido para el 60 por ciento de la población, lo que obliga a prestar el servicio por turnos, en algunas zonas dos veces por semana y en otras tres veces por mes.
Es el caso de Simón Castellanos, un habitante del barrio La Palmita, donde por estos días la empresa Aqualia hace reposición de redes de acueducto con el propósito, según contó este vecino, de mejorarles el suministro y la continuidad del servicio. “En los actuales momentos estamos recibiendo agua en tres turnos por mes”, aseguró.
El déficit de agua es alarmante desde cualquier orilla que se encuentren los habitantes, pero también, y no menos preocupante, la tiene el operador del acueducto para llevar agua hasta los hogares de todos los habitantes del municipio histórico.
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El acueducto de este municipio fue intervenido por la superintendencia de Servicios Públicos en agosto de 2012, tras caer en decadencia por los malos manejos que antecedieron a esa medida.
“Se debía hasta la plata de los químicos, con deudas que superaban los 2.693 millones de pesos y con condenas laborales por más de 5.000 millones de pesos, lo que hacía insostenible la entidad”, dijo Alberto Ramírez Moros, exgerente de la Empresa Industrial y Comercial de Servicios Públicos Domiciliarios de Villa del Rosario (Eicviro) E.S.P, responsable de salvar la compañía de los rosarienses.
Una vez recuperada Eicviro, la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios abrió una licitación para entregar a un operador con músculo financiero la operación del acueducto, dado que ni el municipio ni la empresa contaban con los recursos suficientes para las grandes inversiones que se requerían para cumplir con el servicio de agua potable.
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La multinacional Aqualia fue la favorecida con la operación en un contrato pactado a 14 años y 8 meses. Lo que no se esperaba el nuevo operador es que la firma del contrato se produce casi en simultánea con la declaratoria de calamidad nacional por la pandemia de la COVID 19, lo cual obligó a la compañía a actuar acorde a los decretos presidenciales que se fueron expidiendo para atender la emergencia sanitaria.
Esto produjo que no se podía hacer ninguna gestión con los usuarios y por el contrario la empresa se vio obligada a reconectar a 1.300 que tenían suspendido el servicio. Al 21 de noviembre de 2021 cuando se superó la calamidad la cartera había ascendido a 8.000 millones de pesos.
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Además de esto, Aqualia recibió la orden de la Superintendencia de Servicio Público Domiciliarios de suspender las inversiones, hecho que exacerbó los ánimos de los rosarienses y, por supuesto, esto empezó extremar la sequía, porque lo que se esperaba del nuevo operador eran soluciones para mejorar el suministro a la población “y no se estaban viendo” dijo María Adelaida Flórez, habitante de La Parada.
Las inversiones solo se empezaron a dar el año pasado, “por eso la gente nos decía que a qué habíamos venido al acueducto, porque no veían las soluciones, pero en realidad nosotros simplemente estábamos en el ejercicio de un contrato y a unos acuerdos que se pactaron con la Superservicios, siempre hemos actuado amparados en la ley”, dijo Diego Hurtado, gerente general de Aqualia.
Algo que tampoco se conocía, de las reglas que le impuso la Superservicios a Aqualia, fue el plazo que le concedió para tener la continuidad del servicio a la población las 24 horas del día: siete años, es decir hasta el 2027.
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Según Hurtado, cuando asumieron la operación habían 178 turnos de servicio para dar agua a los hogares, lo que demandaba 10 días para cubrir todo el municipio, un promedio de tres turnos al mes. Hoy, se ha logrado bajar a 90 turnos.
En los actuales momentos, a la planta de tratamiento con que cuenta el acueducto de Villa del Rosario llegan hoy 190 litros por segundo de agua, pero se requieren 360 litros, dados el nivel de pérdidas y la destrucción en que se encuentra el sistema de redes.
“Al acueducto de Villa del Rosario no le invertían un peso hacía 30 años”, subrayó Hurtado.
Qué se está haciendo
Según la Superintendencia de Servicios Públicos, Aqualia debe emprender ya acciones inmediatas para lograr ampliar la capacidad de producción de agua en la planta de tratamiento. En este sentido, la compañía informó que están en marcha dos proyectos en esa dirección por 16.000 millones de pesos, los cuales esperan tener listos a más tardar en enero de 2024.
Se aspira a que una vez puestos en funcionamiento va a haber un antes y un después en la prestación del servicio de agua en Villa del Rosario, dijo el gerente de la compañía Aqualia.
En la actualidad son 23.000 los usuarios de acueducto y 27.000 de alcantarillado.
La compañía Aqualia se ha encontrado con una dificultad adicional para poder llevar el servicio de agua a aquellas comunidades que no están dentro de la cota de servicio autorizado para el acueducto, esto debido al desorden urbanístico en que se debate el municipio, pero también a la explosión migratoria que sacudió a Villa del Rosario en los últimos siete años.
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En las zonas de ladera se calcula que llegaron a vivir en condiciones informales unas veinte mil personas entre migrantes y desplazados por la violencia y es en estas comunidades donde a diario se escuchan gritos pidiendo agua.
Para paliar la necesidad del vital líquido, la compañía está analizando y evaluando poner en marcha el servicio a esas comunidades de las partes altas del municipio por el sistema de pilas públicas, que con éxito se lleva a cabo por Aguas Kpital en Cúcuta.
En la actualidad Villa del Rosario diseña el nuevo Plan de Ordenamiento Territorial (POT) y en ese documento se espera que se den las soluciones que permitan conectar al acueducto a aquellas comunidades que hoy están por fuera del servicio.
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Socha vuelve a reclamar por el acueducto metropolitano
El alcalde de Villa del Rosario, Carlos Socha, explicó que el dilema de no saber quién opere el nuevo Acueducto Metropolitano de Cúcuta continua dilatando las posibilidades de poner fin a la sequía que afecta a su municipio.
"Yo le he pedido al alcalde de Cúcuta y de Los Patios, que Villa del Rosario está en capacidad de operar ese acueducto, porque se hizo para planea de contingencia y Villa del Rosario tiene una emergencia de necesidad de agua, cuya solución no se puede seguir extendiendo", dijo Socha.
Los saltos que ha dado la empresa
1. La Empresa Industrial y Comercial de Servicios Públicos Domiciliarios de Villa del Rosario (Eicviro) E.S.P fue creada por acuerdo del Concejo en 1994.
2. Una empresa de acueducto para recuperarse necesita como mínimo cinco años de inversión y de planes de desarrollo. Eso nunca se cumplió en este acueducto desde su creación.
3. En agosto de 2012 la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios interviene el acueducto.
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4. En 2020, la Superservicios levanta la intervención a Eicviro E.S.P., tras haber sido recuperada y saneada en su parte financiera y contable, y abre licitación para entregar a un operador el acueducto.
5. La licitación la gana la multinacional Aqualia, porque fue el único proponente.
6. El origen de la población que llegó a Villa del Rosario, en su gran mayoría es campesino, desplazados y migrantes en extrema pobreza, situación que fue aprovechada por la politiquería para incentivar la cultura de no pago a fin de conseguir votos para las elecciones.
7. Con Ecopetrol se consiguió un aporte importante que se ejecuta en estos momentos para reponer la tubería de asbesto cemento que constituye la mayor parte de las redes de la zona centro. Con lo cual se busca remediar las constantes roturas.
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8. En 2012, cuando se intervino la empresa habían 13.000 usuarios y en estos momentos se cuenta con 23.000.
9. La población, para efectos de la prestación del servicio de agua, se divide en tres zonas : norte, centro y La Parada.
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