Los estragos de la pandemia de la COVID 19 en los colegios privados de Cúcuta siguen siendo funestos e inclementes con este sector que educa a un grueso número de estudiantes en la capital nortesantandereana.
Sólo durante los años 2020 y 2021 por cuenta del encierro que obligó el coronavirus cerraron sus puertas, definitivamente, 48 planteles privados en cuyas aulas se formaban no menos de 25.000 estudiantes, una cifra que dejó un hueco fiscal profundo en las economías de este régimen educativo.
Eran colegios con 20, 30, 40 y hasta más de 50 años de antigüedad funcionando, que no resistieron la alta inflación que se derivó del aislamiento implantado por la pandemia y que obligó a los padres de familia, por el poco poder adquisitivo en que quedaron reducidas sus economías, a privarse de matricular a sus hijos en estos planteles.
Una de esas 48 instituciones educativas es el Colombo Británico, con 53 años de antigüedad, que no resistió el impacto que se produjo por el bajón en las matrículas y la iliquidez. “Llegó un momento en que no había plata para pagar los servicios, el mantenimiento, pocas matrículas y deudas y así era muy difícil tener abiertas las puertas del colegio, dijo Ángela Cruz, integrante de la administración.
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Jaime Montaguth Vega, quien fue el último rector que estuvo al frente de las riendas del Colombo Británico, manifestó a La Opinión que los últimos meses que antecedieron el cierre del plantel fueron duros, porque se llegó a tener solo 10 estudiantes en las aulas, “lo cual no justificaba tener en funcionamiento la institución porque había que pagar servicios, el personal, los profesores, etc”.
Dijo que la pandemia fue inclemente para todos, en especial porque muchos padres de familia se quedaron sin trabajo, otros fueron enviados a sus casas y sus economías decayeron, por eso a muchos se les hizo difícil seguir matriculando en colegios privados y llevaron sus hijos a los públicos.
Según Ángel Suárez, representante de los colegios privados en Cúcuta, entre los plantes que cerraron puertas había jardines, colegios de primaria, secundaria y bachillerato de validación.
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De estos planteles que cerraron, cuatro años después no se han podido recuperar, “algunos están en ese plan, pero hay otros planteles moribundos, porque obviamente la economía de Cúcuta no se ha podido recuperar plenamente, La pandemia golpeó duramente a las familias”, dijo Suárez.
Según este directivo, en estos colegios privados adelantaban estudios unos 25.000 estudiantes.
Retenerlos resultó una tarea imposible, pese a que en el gobierno de Iván Duque se logró que les dieran 1.200.000 pesos en subsidios por familia para los niños matriculados y para condonar deudas. En el caso de Norte de Santander se beneficiaron 4.500 familias, “esto ayudó a palear la emergencia pero no fue suficiente”, precisó Suárez.
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La cifra de colegios privados en Cúcuta asciende en la actualidad a 217 y asiste un promedio de 31.000 estudiantes, contrario al sector público que son 117.000 estudiantes y son atendidos por 64 instituciones privadas con cerca de 219 sedes.
Según Carlos Pezzoti, representante de rectores de los colegios públicos, ningún colegio de este régimen cerró puertas definitivamente, pero sí todos debieron cerrar temporalmente para prestar el servicio de manera virtual, a través de guías de textos y de trabajos en las casa.
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