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Especiales La Opinión | El corazón humano que vive hace 104 años en una capilla de Cúcuta
El órgano se encuentra en la capilla Nuestra Señora del Carmen, ubicada frente al parque Colón.
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Camila Rojas
Camila Rojas
Lunes, 12 de Junio de 2023
 

En el centro de Cúcuta hay un corazón, y no precisamente el de alguno de los ciudadanos que a diario recorre las principales calles de la capital nortesantandereana. 

Se trata, de uno de los órganos más vitales para la vida del ser humano, pero que dejó de latir hace 104 años y reposa en una de las edificaciones más antiguas de la ciudad como símbolo de amor, entrega y dedicación que una persona tuvo durante toda su vida. 

Este órgano, del tamaño de un puño, se encuentra sumergido en un frasco con liquido de color rojizo y protegido en la sacristía de la capilla Nuestra Señora del Carmen, ubicada frente al parque Colón. 

¿A quién perteneció? Este es el corazón del cura venezolano Justo Pastor Arias, quien a sus 90 años de vida y después de haber servido con vocación a los cucuteños, dejó como última voluntad estas palabras: 

 “Al morir, me extraigan el corazón y lo guarden en la sacristía, como testimonio de mi inmenso amor por Cúcuta y por esta capilla”, petición que fue acatada en este lugar, que además es testigo de incontables historias y secretos. 

 

 


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¿Cómo llegó allá?

Los hechos se remontan a la gran conexión que tuvo este sacerdote venezolano con la capital de Norte de Santander. 

Luego de que en 1875, el terremoto de Cúcuta acabara con la capilla San Juan de Dios, fue construida una edificación que rindió honor a la Virgen del Carmen, siendo este sacerdote, la persona encargada de celebrar la primera misa en el lugar el 16 de julio de 1887. 

Arias, quien según cuentan, no tuvo sino una sola sotana, en su tiempo de entrega a Dios se dedicó “a visitar enfermos, bautizar niños para lavarlos del pecado original y recoger dinero para entregarlo a los más necesitados”. 

Era recordado por quienes alcanzaron a conocerlo como un hombre puro, noble, modesto y desinteresado, proveniente de Cordero en el estado Táchira.

Un artículo publicado por La Opinión cuenta que fue encontrado muerto en su cama la madrugada del 30 de octubre de 1919. Su corazón reposa en una cripta de la capilla y su cuerpo se desvaneció embalsamado entre la tierra de la iglesia de San Antonio.

Justo Pastor


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“Su entierro fue una auténtica demostración de fe, lo lloró todo el mundo, inclusive los incrédulos que lo catalogaron como una buena persona…hay quienes dicen haber recibido soluciones milagrosas a sus problemas por parte del cura que dejó en la frontera un grato recuerdo de desprendimiento y humildad”, contó La Opinión en una de sus ediciones de 1989, como homenaje 70 años después de su muerte. 
 

¿Qué ha pasado con el corazón? 

Luego de 104 años de la muerte del sacerdote, La Opinión visitó el lugar para conocer el estado en que se encuentra el corazón, ubicado a un rincón de la sacristía en una especie de altar donde se aprecia la leyenda: “Corazón de Justo Pastor Arias, pbro. Humildad y caridad - octubre 30 de 1919”. 

El órgano aún está protegido en un frasco que nunca ha sido destapado y que algunos feligreses aún visitan. 

Justo Pastor Arias

“Antes no había muchos sacerdotes en Cúcuta, entonces la capilla la atendía el padre Justo Pastor Arias que vivía y trabajaba en Ureña. Él venía y hacía las veces de capellán, por tanto le cogió un enorme cariño a la capilla, y al morir quiso que su corazón se quedara acá”, contó el sacerdote Humberto Nieto, quien en la actualidad está a cargo de este lugar. 


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Nieto además señaló que en 2019 se cumplieron 100 años de haber depositado el corazón, que es como “el custodio de la capilla”.

¿Cómo es posible que el órgano se conserve?

Se desconoce sobre el tipo de líquido en el que está sumergido el órgano. Y no se encuentra explicación de cómo el corazón se ha podido mantener casi intacto dentro del recipiente en más de un siglo. 

Desde hace décadas, existen en el mercado mundial diversas soluciones de preservación de órganos y tejidos humanos, muy usados en la medicina, los cuales, a medida que han avanzados los estudios científicos sus composiciones han sido mejoradas, resultando en nuevas fórmulas farmaceúticas. 

Según la revista médica Scielo de España, existen fórmulas de tipo intracelular, como la Eurocollins, que es ligeramente hiperosmótica, que se caracteriza por su sencillez y por contener altas concentraciones de potasio, fosfato que actúa como tampón, y glucosa como agente osmótico. Las investigaciones señalan que es una solución válida en la preservación de corazón, hígado y pulmón. 

En los años ochenta Folkert Belzer diseñó la solución de la Universidad de Wisconsin (UW) o solución de Belzer, de tipo intracelular, que contienen fosfato, sulfato, adenosina y un coloide estable.

El Custodiol es otra solución de preservación muy extendida, exenta de calcio y con concentraciones de sodio muy bajas. Incorpora manitol, histidina, triptófano y ketoglutarato.

¿Tendrá que ver su conservación con lo místico o la espiritualidad? ¿O solo se trató del buen trabajo que hizo el forense al momento de la extracción del corazón del sacerdote venezolano Justo Pastor Arias? 

Eso queda a la interpretación de cada lector. Lo único cierto es que Cúcuta y Norte de Santander guardan un pasado lleno de diversas historias y que en La Opinión se las volvemos a contar.
 

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