En el 2020, con la llegada de la COVID-19 a Colombia y las restricciones que fueron establecidas a las actividades turísticas como medidas para la prevención y no propagación de este virus, el turismo doméstico demostró ser una de las alternativas más resistentes y con mayores proyecciones a nivel nacional.
Para aquellos turistas y mochileros que han decidido experimentar los paraísos naturales y culturales que esconden los municipios de Colombia, la ayuda de plataformas digitales que ofertan alojamiento y hospedaje de una manera más flexible, permitieron una reactivación económica en el sector.
Según cifras del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, Colombia recibió el año pasado la visita de 4’606.915 turistas no residentes, un 232,2 % superior frente a 2020 y 114,7 % más respecto a 2021.
Por su parte, los ingresos en divisas por actividades de turismo crecieron un 8,6 % en 2022, respecto a 2019. Tan solo en el cuarto trimestre de ese año, alcanzaron los 2.097 millones de dólares.
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Y es que este tipo de plataformas, como es el caso de Aribnb o Booking, revolucionaron por completo el negocio bajo el sistema colaborativo, ya que tanto el huésped como el propietario complementan la oferta tradicional de hotelería, brindando nuevas alternativas y ofreciendo alojamiento a 1.6 millones de personas al año a nivel nacional.
Casas, apartamentos, habitaciones, fincas, entre otro tipo de propiedad horizontal, son algunos de los lugares disponibles a la hora de buscar un pasadía en diferentes ciudades y pueblos que, en su gran mayoría, los paquetes turísticos son escasos debido a su baja demanda.
Otra forma de viajar
Tal es el caso de Juan Carlos Andrade, un administrador de empresas que aprovecha los fines de semana para viajar alrededor de Norte de Santander; aunque no se considera un viajero experto, todos los sábados en la mañana sale a ‘rodar’ en su moto GN125 en compañía de su novia María de los Ángeles.
“Para nosotros, viajar es una alternativa que nos permite desconectarnos de la cotidianidad y a su vez, conocer más de la región, cuando decidimos un destino, lo primero que buscamos es un lugar para hospedarnos una noche, así que miramos en internet las opciones disponibles y buscamos que tengan las ‘3b’, bueno, bonito y barato”, aseguró Andrade.
Aunque menciona que su primera opción siempre son los hoteles, en los últimos meses las plataformas le han brindado nuevas opciones, incluso, agregando diferentes servicios que normalmente no vienen incluidos en las ofertas tradicionales y que en la mayoría de ocasiones, tienen un costo adicional.
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Para Andrade, poder hospedarse en un lugar donde también le permitan cocinar, lavar su ropa e incluso el ingreso de mascotas, son atractivos que finalmente se convierten en detalles que hacen tomar una decisión sobre otra.
Una oportunidad de ingresos
En el caso de Rosana Newmark, estas alternativas le permiten generar nuevos ingresos y aprovechar los espacios de su propiedad y que no se encuentran habitados.
Actualmente, la comunicadora social tiene disponible tres habitaciones en el segundo piso de su vivienda en Cúcuta y las ofrece por medio de Airbnb; en esta aplicación, su perfil se encuentra catalogado como ‘superanfitrión’, es decir que cumple con una serie de requisitos especiales de propietaria que la identifica como una de las mejores a la hora de recibir huéspedes y ofrecerles un servicio de calidad.
Su puntuación se ubica por encima de 4.8 puntos sobre 5 posibles, lo que permite identificar su experiencia como buena anfitriona. Es tanto el éxito que ha tenido su perfil que además de acoger personas de otras regiones del país, también ha recibido visitas de canadienses, venezolanos, mexicanos, estadounidenses, ingleses y australianos.