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Puerto Santander, la “cenicienta" de la frontera
La apertura del paso vehicular en Puente Unión se esperaba para este jueves, sin embargo, por trámites diplomáticos pendientes se habría diferido la acción.
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María José
María José Salcedo
Viernes, 12 de Abril de 2024

Entre la expectativa y la desesperanza se levantó la gente en Puerto Santander este jueves 11 de abril, día en que estaba prevista la apertura del paso vehicular en el Puente Internacional Unión, el único de los cuatro pasos entre Colombia y Venezuela que se mantiene con restricciones de movilidad.

El pueblo, que atraviesa una depresión económica desde el 2015, cuando se dio el cierre inicial de los puentes y que se agudizó tras la pandemia, alcanzó a abrigar ilusiones luego de que Freddy Bernal, gobernador del Táchira, una semana atrás, anunciará la decisión  del gobierno de su país de habilitar el paso a vehículos particulares. 

El 11 de abril ya había sido marcado en el calendario de los lugareños, que alistaban actos cívicos culturales para celebrar el acontecimiento. Pero literalmente todo se abanó. La pólvora se mojó y la molestia y la desazón eran perceptibles en el ambiente. 

“Puerto Santander es la ‘cenicienta’ de la frontera”, afirmó con molestia uno de los comerciantes de la zona, cansado de los anuncios de apertura que se vienen haciendo desde el pasado mes de septiembre, y que han terminado en una postergación tras otra.

Lo cierto es que la situación económica en  este municipio es precaria. En la calle principal, la misma que conduce al Puente Unión, hay más comercios que compradores.


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“Aquí hay días en que la gente de los negocios no logra picar (vender) nada”, dijo el dueño de un local de víveres, que tiene mejor suerte, porque su oferta tiene que ver con artículos de primera necesidad, “pero pregunte en las tiendas de ropa o zapatos. No venden”, dice. 

José Castellanos es dueño de un hotel - restaurante, y además funge como líder de los comerciantes en Puerto Santander. 

Desde su establecimiento habla con preocupación de la crisis que afecta al pueblo y que su negocio también padece. “El  comercio aquí se mueve apenas en un 30% aproximadamente”, afirma y pone de ejemplo su situación,  “aquí tengo 40 habitaciones y en las noches si recibo uno o dos huéspedes es mucho”, dice. 

En su caso, asegura que la pandemia terminó de acabar con la dinámica comercial que había en el pueblo a pesar de las restricciones que existían.

“El comercio no da más, estamos prácticamente en quiebra”, dice, y afirma que las poblaciones de Puerto Santander y Boca de Grita y Orope -del lado venezolano- “necesitamos la habilitación plena del puente de manera urgente”. 

“Llevábamos una semana contentos acá en Puerto Santander, teníamos fecha y hora, pero nada, seguimos castigados. La vida de Puerto Santander, es el Puente Unión, y si el paso vehicular se mantiene cerrado, vamos a seguir amarrados, como desde hace nueve años”, añadió Castellanos. 


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Mejoras necesarias

Más allá de la ilusión y la inapelable necesidad de levantar las restricciones en ese paso binacional como mecanismo para incrementar la dinámica comercial de la zona, es evidente que se requieren mejoras obligatorias.  

El Puente Unión está anclado en el tiempo. Su vetusta estructura data de 1926, cuando servía de empalme a los ferrocarriles de Cúcuta y Táchira. Mide 315 metros de largo y 7.3 metros de ancho. Su capacidad máxima es de 10 toneladas. 

Aunque recientemente fue reforzado por el Instituto Nacional de Vías, Invías, que invirtió 1.100 millones en su mantenimiento con ocasión de su eventual apertura, todavía no se ajusta a las expectativas de comercio binacional que se han planteado los gobiernos de Colombia y Venezuela.


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Empezando por el hecho de que es un puente de un solo canal y asimismo la vía que lo conecta a la calle principal del pueblo, plagada de comercios formales e informales a lado y lado de la calzada. 

Al respecto la alcaldesa Teresa Gómez señaló que este comercio será reubicado, “porque están en espacio público”. Además recalcó que es una de las condiciones que se imponen desde los diferentes entes nacionales para poder habilitar el paso.

 Más allá de la voluntad se requiere la implementación de una logística especial que agilice, en principio, el tránsito de carros particulares, y luego las cargas del carbón, que es la apuesta más ambiciosa. 

A largo plazo hay dos propuestas: la construcción de un puente paralelo al ya existente o la construcción de una estructura más amplia, al estilo Atanasio Girardot. Ambas propuestas son ya del conocimiento del Área Metropolitana de Cúcuta, ente a través del cual se tramitarían los recursos. 


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Un territorio infravalorado 

Milton Peña ha vivido 45 de sus 48 años en Puerto Santander. Como presidente del Concejo Municipal, lamenta que en tanto tiempo nunca se le haya dado el valor que merece a esta zona.

Su ubicación estratégica –a cinco horas del Lago de Maracaibo- solo ha sido aprovechada por el sector carbonero, que estableció por esta zona su ruta al mercado internacional. El resto de mercancías se han comercializado por los puentes Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander. 

“Esta es una frontera viva, pero nunca la han visto con interés por su potencial, siempre han buscado otras alternativas”, dice el edil, quien considera que el municipio tiene las cualidades para establecer una zona franca “pero nos tienen a menos. Somos un municipio prácticamente desconocido, que solo miran cuando registra hechos de violencia o contrabando, pero para proyectos productivos grandes no”. 

 
Lo que pocos dicen

Si bien para muchos la habilitación del paso vehicular en el Puente Unión abre un abanico de posibilidades al reimpulso económico del municipio, otros tienen sus reservas, específicamente alrededor de la exportación de carbón. 

“Yo sí quiero que abran el paso a carros particulares, pero no tengo mucha expectativa con el negocio del carbón”, dijo un comerciante que con años en el pueblo recuerda como en la “buena época”, cuando pasaban por lo menos 200 carros con cargas de este mineral, había mucha enfermedad respiratoria, producto del polvillo que desprendía el material a su paso. 

“Soy partidario de la construcción de un puente alterno, por otro sector, donde no se afecte la salud de los pobladores”, añadió el particular.


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Otra situación que siembra dudas sobre el éxito que pueda tener la habilitación plena del tránsito en el paso internacional, es la cantidad de controles de seguridad del lado venezolano. 

“Si no recogen esa cantidad de puntos de control del lado venezolano, la gente va a seguir prefiriendo dar la vuelta por San Antonio y Ureña. Allá no los molestan, por aquí les quitan todo: plata, mercado y mercancía”, dicen los pobladores del Puerto, que llaman a esa práctica “la llorona”, es decir, los funcionarios de seguridad lloran para que les den y la gente llora para que no les quiten.  

A la espera de “notas diplomáticas”

Mientras en Puerto Santander sus habitantes se quejaban de la cancelación de la apertura del paso vehicular en Puente Unión, Teresa Gómez, alcaldesa del municipio, estaba en Cúcuta en reunión con la directora de Fronteras de la Cancillería de Colombia, María del Pilar González, intentando conocer cómo iba ese trámite y aclarar la confusión por el anuncio con hora y fecha entregada por Venezuela. 
  
La especulación partió de un anuncio de Freddy Bernal, gobernador del Táchira, sin embargo, según indicó la funcionaria nacional, Venezuela no ha puesto fecha para dar la apertura, lo que quiere decir que habría sido iniciativa del mandatario tachirense. 

Del lado colombiano hay plena voluntad, sin embargo, “todavía no han llegado las notas diplomáticas donde nos indiquen que como administración municipal podemos proceder a la habilitación del tránsito de automotores”, explicó la alcaldesa. 

Gómez indicó que el próximo lunes habrá una visita técnica de funcionarios de Migración Colombia, Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales, y el Instituto Colombiano Agropecuario, donde se levantará un informe definitivo que será enviado al Ministerio de Relaciones Exteriores, que tendrá la última palabra sobre la suerte del Puente Unión. 


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