Cenit, filial del Grupo Ecopetrol, informó que luego de las inspecciones técnicas y excavaciones que se llevaron a cabo este fin de semana en el oleoducto Caño Limón – Coveñas, en la vereda San José de Pedregal, zona rural del municipio de Toledo, se estableció que la explosión que se originó el pasado viernes no fue producto de un atentado.
La compañía, a través de un comunicado, indicó que continúan con la ejecución de actividades que permitan identificar las causas externas a la operación que originaron la emergencia, para lo cual habrá un dictamen técnico por parte de las autoridades a cargo del análisis e investigación.
“Luego de las primeras revisiones adelantadas por la Fuerza Pública, así como el arduo trabajo de excavación realizado por el equipo técnico de Cenit, no se evidenció que la pérdida de contención del oleoducto esté asociada a atentados con explosivos realizado por terceros”, dice el documento.
Reiteraron el llamado a la comunidad para que se abstenga de acercarse al lugar y los invitó a seguir las instrucciones impartidas por las autoridades locales en materia de prevención, en especial, evitar encender fuentes de calor en el área del incidente y consumir agua de las fuentes afectadas.
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Dos quebradas afectadas
La Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental (Corponor) también brindó detalles de la atención que realizan frente al derrame de crudo y la contaminación ambiental que se pudo generar por el estallido.
Informaron que en coordinación con la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA), el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, junto a los comités de Gestión del Riesgo de Desastres, hacen seguimiento para atender la emergencia.
Por medio de un escrito, la corporación ambiental sostuvo que tras implementar el plan de contingencia, se establecieron los puntos críticos de control transitorio para contener y retirar el material depositado en las fuentes hídricas, así como en la superficie del suelo.
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La quebrada Culagá ha sido la más afectada, ya que el crudo se ha impregnado en el lecho de su cauce, rocas y taludes. Aunque las recientes lluvias han diluido parte del petróleo, la contaminación de su ecosistema continúa.
En el recorrido de la mancha, también, se afectó el río Margua, afluente del río Arauca que aunque tiene mayor caudal que la quebrada Culagá, presenta crudo derramado en las orillas y rocas de su cauce.
Con respecto a las consecuencias de las condiciones de los recursos hídricos, Corponor aclaró que la alteración de la calidad del agua, ha limitado sus usos y la disponibilidad “en todas las actividades que se sientan de ella”.
Han recuperado 400 barriles
El ingeniero César Augusto Ortega, coordinador de hidrocarburos de Corponor, declaró que unos 15 kilómetros de la quebrada Culagá se vieron afectados por el derrame.