Correr para esconderse de las balas cruzadas del conflicto armado que cubre al Catatumbo no fue el escenario que los niños de esa región escogieron para jugar en los días de su niñez.

Tampoco decidieron caminar con temor para no caer en una mina antipersona. Solo recorren el único camino que encuentran para llegar al lugar donde le apuestan a la paz: las escuelas.

A través de un proyecto liderado por la Red Jóvenes del Catatumbo, la Universidad Francisco de Paula Santander (UFPS), y la Gobernación de Norte de Santander; los estudiantes de las instituciones educativas rurales y urbanas, son orientados sobre  pedagogía de la paz y formaciones artísticas. 

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“Como jóvenes constructores de paz en el Catatumbo, estamos poniendo un granito de arena para lograr la armonía y cordialidad”, dijo el líder juvenil, Gerson Jiménez

Durante cinco meses, 192 estudiantes de los ocho municipios priorizados y un profesor por sede, se capacitan en la articulación territorial con actores pedagógicos, comunicativos, artístico y narrativo; y en la gestión del conocimiento e incidencia política.

Además, mediante talleres se incluye herramientas de pedagogía para la paz y la convivencia, artes plásticas, literatura y juegos.

Se espera que cuando terminen los talleres, se realice un concurso de dibujo del Catatumbo, donde los niños participantes describan el territorio que sueñan, acompañado de una reseña que explique el significado.

Los dibujos harán parte de una exposición de arte en cada municipio, donde se premiarán a los ganadores, que harán parte de un mural sobre el Catatumbo soñado, el Catatumbo con el que quieren despertar los niños que no quieren la guerra.