Líderes del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), World Vision, la organización internacional Education Cannot Wait y el Ministerio de Educación adelantan una misión en diferentes instituciones educativas de Norte de Santander, con la implementación de un plan de complementación para el ciclo educativo desde la primera infancia hasta la educación formal. 

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A través de lo que han denominado modelos de aceleración de aprendizaje, buscan promover avances educativos en menores que no tienen acceso a la educación, especialmente en zona de frontera. Para este propósito anunciaron una inversión de más de 24 millones de dólares, que beneficiará a niños, niñas y adolescentes en zonas de conflicto, migrantes o desplazados, para que puedan acceder a educación de calidad.

“El trabajo con la población migrante inició hace unos tres años, trabajando con los niños colombo-venezolanos y en un trabajo articulado con otras instituciones, siempre contando con el liderazgo del Ministerio de Educación. Es maravilloso ver los resultados que se han obtenido. Colombia ha sido muy generosa recibiendo a los migrantes venezolanos, pero también a los desplazados internos”,  dijo Yasmine Scherif, directora ejecutiva de Education Cannot Wait.

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Retos en frontera 
De acuerdo con los organismos internacionales presentes en el proyecto, el desafío más importante es lo relacionado con los recursos y la financiación de proyectos. “Colombia cuenta con apoyo gubernamental, instalaciones, entidades, legislación de refugiados y demás, lo que falta es financiación porque son demasiados niños que requieren atención y ser vinculados en estos planes”, añadió Scherif.

Por su parte, Floralis Castro, líder de operaciones en Colombia de World Vision, argumentó que lo que permite este modelo es que cientos de niños que se encuentran en una edad avanzada y que no cuentan con las posibilidades de tener una formación educativa, lo puedan hacer a través de esta iniciativa que les ayuda a acelerar sus conocimientos. En Norte de Santander –dijo- los desafíos son mayores por ser una región de frontera. Al menos 2.000 niños se han visto beneficiados con este modelo de aceleración en el que intervienen además las respectivas secretarías de educación y Unicef para implementar los presupuestos. 

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Alfabetización
Una vez hecho el diagnóstico y la focalización se inicia el trabajo al interior de las instituciones educativas. Existe una brecha muy grande ya que muchos niños de edad avanzada no saben leer ni escribir. Una de las instituciones educativas en las que se lleva a cabo este modelo es el colegio Eustorgio Colmenares Baptista, sede Gilma Casado, ubicado en el barrio La Ínsula, en Cúcuta, donde gracias a los esfuerzos de sus directivas y el acompañamiento de los entes internacionales, se adelantan dos fases de este proyecto beneficiando a más de 100 estudiantes, quienes podrán ingresar a procesos de alfabetización y posteriormente a modelos de aceleración, permitiéndoles tener resultados en sus procesos educativos.

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