Este lunes se cumplió una semana desde que ocurrió el derrumbe que sepultó a Javier Lizcano, un conductor que quedó atrapado en el sector de San Josecito, kilómetro 19+400 metros, en la vía La Soberanía.

Sin embargo, pasado este tiempo, la búsqueda ha sido infructuosa y durante la jornada de este lunes lo único que se pudo hacer, por parte de los familiares y amigos, fue orar a la 1:30 de la tarde, hora en la que sucedió el fatídico hecho.

Los equipos de rescate, las maquinarias y hasta los perros de búsqueda, entrenados para hallar personas vivas o muertas entre los escombros, no han logrado dar con el paradero del cadáver.

Anelfi Balaguera, coordinador del Consejo departamental de gestión del riesgo, explicó que la situación ha sido complicada por la dimensión del deslizamiento, pero no por falta de voluntad o eficiencia de los organismos de socorro.

“El volumen de tierra es inmenso (más de 20 mil metros cúbicos de tierra) y las condiciones son poco seguras, pero estamos haciendo todo el trabajo”, dijo.

A la zona han llegado 10 unidades de la Defensa Civil, con tres grupos más especializados en búsqueda y rescate, así como unidades del Ejército que acompañan el rescate y la seguridad.

También, cinco caninos entrenados estuvieron hasta ayer, pero sin resultados, a excepción de una falsa alarma por la detección de un punto de olor, en la parte baja del alud, que resultó ser de un animal.

“La familia no se ha movido del sitio, mientras se hace el trabajo”, agregó Balaguera. “En la parte superior ya se hizo el barrido completo, y ahora estamos concentrados en la zona inferior, cerca al río, con dos máquinas que trabajan permanentemente, y una más del Ejército”.

De otro lado, Ciro Montañez, coordinador de gestión del riesgo de Labateca, solicitó a la comunidad no pasar a pie por la zona del derrumbe, pues ponen en riesgo sus vidas.

Señaló que están habilitadas las vías Labateca-Toledo-Chinácota-La Donjuana-Pamplona, o Cúcuta, y la vía Puente Nuevo-ToledoChinácota.

La Opinión