Con un par de candados la Junta de Acción Comunal de Chapinero y docentes de la sede de primaria del Colegio Santos Apóstoles blindaron el antiguo puesto de salud del barrio para evitar que los indigentes siguieran acabando con la estructura.
Desde hace año y medio este sitio se había convertido en guarida de delincuentes y consumidores de droga. El lugar fue desvalijado.
Teofilo Rodríguez, coordinador de la escuela, indicó que en varias oportunidades los delincuentes que se refugiaban en el puesto de salud se metían a la escuela. El año pasado se robaron 27 ventiladores, por lo que Rodríguez envió un oficio a Imsalud, entidad a cargo de este espacio, pidiéndole la adecuación.
Hasta hace dos años, la antigua JAC tenía en comodato el puesto de salud, y la estructura era utilizada para capacitaciones con la comunidad, al finalizar el comodato, quedó a la deriva.
En el barrio vecino, Cerro Norte, la antigua sede del Colegio Jesús Obrero, que funcionó hasta 2016, fue desvalijada por los vándalos. De las antiguas instalaciones no queda ni el recuerdo. Toda la sede fue demolida. Se robaron los techos y las rejas.
Otra de las estructuras públicas de la ciudadela Juan Atalaya en el olvido, es el Teatro Atalaya, ubicado en el barrio Cúcuta 75.
Aunque en 2014, la administración municipal destinó $80 millones para adecuaciones, el recinto nunca se habilitó y la inversión se perdió. Actualmente el teatro se ha convertido en guarida de vándalos y refugio de gatos, por lo que comunidad pidió a la Alcaldía recuperar este emblemático espacio.
