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Columnistas
El gobierno de Petro y el periodo de transición
Los cambios y responsabilidades públicas con el nuevo gobierno.
Sábado, 27 de Agosto de 2022

El gobierno de Gustavo Petro y Francia Márquez inició con la euforia de los sectores sociales que históricamente habían sido excluidos del ejercicio del poder y que consideraron que se iniciaba la llegada al poder de esos sectores históricamente marginalizados –así lo interpretaron muchos, por diversas razones-. Pero concluido ese momento de válido regocijo, se trata de volver a la realidad del inicio del gobierno y los desafíos que tiene por delante.

Comienza a correr el reloj de la primera medida de ‘corte de cuentas’ que tradicionalmente se acostumbra hacerle en nuestro país, los primeros cien días de gobierno. Y claro, también inicia la transición de los cambios –de las personas al frente de las responsabilidades públicas o como le atribuyen que decía Alfonso López Pumarejo ‘los transitorios ocupantes de los vehículos oficiales’, de las primeras medidas de políticas públicas, de los estilos acerca de cómo se va a gobernar, de la capacidad de tolerancia con los críticos y opositores y claro de las expectativas que tienen los sectores sociales que acompañaron el proyecto político ganador y que esperan respuestas así sean parciales a sus demandas sociales-. En algunos casos se puede tratar de transiciones de corto tiempo, en otros de transiciones de períodos más largos y complejos.

Ya empezó el presidente Petro a tener su primer examen crítico acerca del equipo ministerial que lo acompañara, en lo cual podemos decir que en general el resultado ha sido relativamente positivo; ahora vendrá la segunda parte y tiene que ver con la forma como cada uno de los ministros comenzara a gestionar su sector y especialmente cómo se van a realizar los necesarios cambios que conlleva una renovación de los equipos técnicos y políticos que acompañarán esos cambios.

Igualmente hay dos campos de políticas públicas que comenzarán a estar en la controversia pública. El primero, el proyecto de reforma tributaria, tema siempre controversial por muchas razones; la primera, la desconfianza ciudadana en el pago de los impuestos en la medida en que no hay certezas acerca del buen uso que se dará a los mismos, esto agravado en el pasado reciente con el incremento desmedido de las prácticas corruptas y la tendencia a ser ‘muy generosos’ con los recursos públicos; segundo, por el análisis acerca de qué sectores en concreto va a afectar lo que finalmente se apruebe en el Congreso y especialmente en sectores medios de la sociedad que pueden considerarse como quienes van a ser los más afectados; tercero, por el análisis de cómo el contenido final de la reforma tributaria pueda afectar el comportamiento macro-económico y especialmente a sectores empresariales que pueden estimular el empleo y el crecimiento económico. Esto va a ser en los próximos dos o tres meses un tema de controversia en medios de comunicación, redes sociales, foros y espacios de análisis.

El segundo, la reanudación de contactos con el Eln, tema de alta complejidad porque se trata en estos momentos de la guerrilla activa más antigua del subcontinente latinoamericano y con una larga experiencia de acercamientos y conversaciones preliminares con diversos gobiernos.

Por ahora hemos conocido algunos análisis de su primer dirigente, Antonio García, haciendo consideraciones críticas acerca de la denominada ‘Paz Total’ del gobierno Petro, cosa que no debería extrañar a nadie porque se trata de la opinión de un comandante insurgente con diferencias de forma y de fondo con el gobierno; pero igualmente se ha señalado que se trata, a juicio del Eln, de reanudar las conversaciones donde habían quedado, sin mezclarlos con otros grupos y donde la perspectiva del cese de fuego bilateral vendrá en su momento si todo anda bien.