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Pandemia y economía
El preservar la salud, combatir el virus, significa simultáneamente reactivar la economía y considerar a quienes han perdido su empleo.
Viernes, 16 de Abril de 2021

Lo primero es la salud, proteger la vida, pero al mismo tiempo es necesario pensar en recurso económicos y organización. El preservar la salud, combatir el virus, significa simultáneamente reactivar la economía y considerar a quienes han perdido su empleo, o actividad y por tanto disminuidos o destruidos sus ingresos. Es una situación difícil en la que se encuentran casi todos los países del mundo, con el crecimiento de la deuda pública y la urgencia de conseguir recursos adicionales para continuar combatiendo la pandemia y sosteniendo la recuperación de la actividad productiva.

Al revisar medios de comunicación de diferentes países se aprecia los esfuerzos de los gobiernos por conseguir ingresos y necesariamente se recurre a la tributación, tema naturalmente anti político y que necesariamente debe estar integrado a una buena distribución de estos, corrigiendo inequidades. El clamor general se refiere a la negativa a aumentar más los impuestos y sí positivamente incrementar la inversión pública en proyectos que generen trabajo. Esta es una concepción general, con variedad de propuestas, que dificulta llegar a acuerdos. En Colombia hemos observado los múltiples esfuerzos por responder lo mejor posible a esta pandemia, inesperada, que ha servido para reflexionar, atender la infraestructura y acción en salubridad, fomentar la creatividad, innovación y emprendimiento, pero un aumento del empobrecimiento, el desempleo y la informalidad.

Estamos ante un dilema: el gasto vs ingresos, el Gobierno ha tenido que endeudarse con organismos internacionales, el déficit fiscal es altísimo, se requiere seguir gastando en la lucha contra el virus, apoyando la recuperación y anunciando una política de austeridad y anticorrupción. Ya el Gobierno, al igual que los habitantes y empresas, no encuentran recursos, debiendo mirar hacia adentro. De manera que estamos en una época complicada, que nos lleva a recordar los planes de Japón y Alemania, después de la segunda Guerra Mundial y los Estados Unidos con la “gran depresión” de 1930.  No podemos desfallecer, se notan luces con la vacuna, y a su vez nebulosas con la falta de disciplina en cuanto a confinamiento, que aumenta la propagación del virus, las nuevas cepas, la incertidumbre; pero también tenemos el coraje, la capacidad de resiliencia, de levantarnos después del golpe como con el Terremoto de 1875 y la destruida ciudad en 1901 con el Sitio de Cúcuta. Apartémonos de discusiones inútiles, unidos todos por el resurgimiento de esta tierra donde se constituyó la República de Colombia.  

(*) Economista. Numerario de la Academia de Historia de Norte de Santander

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