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Reconocer
¿Será nuestra envidia la que no  nos deja expresar sentimientos positivos hacia los demás?
Jueves, 11 de Febrero de 2021

Cuando los individuos dentro de su Personalidad tienen características tan negativas, que no son capaces ni de valorar las virtudes y talentos de los demás, significa que tampoco pueden reconocer sus ausencias, ni de valorar las virtudes y talentos de los otros, quiere decir que este tipo de gente tiene vacíos de reconocimiento, que le impiden otorgarle los méritos a quienes se lo merecen.  Esta es una de las falencias que tenemos  muchos  seres humanos,  con base en las cuales las personas proyectamos una imagen negativa, a veces sin darnos cuenta, y esto no le permite mostrarse de manera genuina en sus relaciones  interpersonales, trayéndole sinsabores en sus interacciones laborales, familiares y algunas veces personales, lo cual atenta muchas veces contra la estructura de su personalidad.  Reconocer que me equivoco, que a ratos se me olvidan las cosas, que tengo defectos,  que le falté en algo a algún amigo, que no cumplí con lo  prometido, que engañé a  alguien, etc., es algo  humano.

¿Será nuestra envidia la que no  nos deja expresar sentimientos positivos hacia los demás? ¿hacia quienes se lo merecen?  Este es un vacio que tiene mucha gente: ser capaz de reconocer las virtudes y los logros de nuestros  semejantes, y esto se le devuelve como un boomerang  en el sentido tanto negativo como positivo; cada quien recoge lo que siembra, lo importante es que todos estamos tanto capacitados para recibir el halago, el elogio, la  crítica o la reprimenda. Ojalá esto  se convirtiera  en una cruzada educativa en todo momento y lugar, como algo informal para que desde niños vayamos educándolos de manera no formal, en el reconocimiento, en el dar y el recibir.  

Qué bueno que los padres de familia  y profesores hiciéramos conciencia y lo lleváramos a la práctica de nuestra vida cotidiana, para que los niños desde temprano se den cuenta que son reconocidos por sus talentos,  sus valores y virtudes, lo que redundará en el fortalecimiento de su personalidad a medida que va creciendo.  También es sano que a nivel individual reconozcamos las virtudes y logros de nuestros compañeros de trabajo, familiares,  amigos, y en general en toda interacción humana que tengamos, le reconozcamos directamente a cada quien, sus cualidades y virtudes con halagos, y refuerzos positivos que no nos cuestan nada y cada vez la vida nos los devolverá con gratitud.  

Todos necesitamos  ser reconocidos, no es una cuestión de orgullo, egoísmo e inmadurez, el ser humano en sus etapas tempranas necesita el respeto y cariño de todos los que le rodean, ahí es donde queda implícito este recocimiento sincero hacia nuestra persona.  Con este acto se pone de manifiesto nuestro valor como individuo: como alguien que es querido y merece ser amado. Se reconocen nuestras virtudes y nuestras capacidades para avanzar y conseguir cosas, para ser feliz con madurez e integridad.  

Bajo esta tónica indispensable se halla además la fuerza de esos vínculos de apego que nos dan confianza y que nos ayudan a crecer con seguridad. Nuestra familia, es el primer círculo social encargado de darnos reconocimiento, respeto y cariño. Si tenemos este primer alimento tendremos también el privilegio de la autoestima. Esa con la que podemos ir avanzando emocional, social y personalmente.

Lo que  está de moda es el ceder, el complacer y el perdonar. 

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