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Seguridad en jaque...
La seguridad nacional está en jaque y no se ve luz al final de túnel.
Martes, 4 de Abril de 2023

Colombia no ha conocido la paz en sus 200 años de historia; nunca ha estado ausente de problemas de violencia. Pero, no es menos cierto que en los primeros años del siglo 21, el país redujo más rápidamente todos los indicadores de violencia y crimen en América Latina y probablemente en el mundo. Este gran logro permitió que la inversión extranjera y local aumentara, generando crecimiento económico, reducción de la informalidad y de la pobreza y un aumento significativo de la clase media.

Hoy la seguridad del país está en jaque y el gobierno no tiene una estrategia para este problema, lo que podría llevarnos a esa época oscura en donde el país se bañó de sangre. Colombia siempre ha tenido unas fuerzas armadas sólidas, sobre todo en los últimos 20 años que, con virtudes y defectos, los gobiernos de Uribe, Santos y Duque tuvieron algún plan de seguridad que buscaba afectar a los criminales y proteger a los ciudadanos; lo que en este gobierno es inexistente.

Las fuerzas armadas están solas, fundamentalmente porque quienes llegaron al gobierno tienen alineación ideológica, justifican el crimen y ven a las fuerzas armadas como su enemigo, llevando a que, en lugar de afianzar sus capacidades para enfrentar los nuevos retos de la violencia y la inseguridad, se han asegurado de humillarlas, someterlas, debilitarlas y limitarlas. Este gobierno ha reducido el presupuesto y se equivocan en las inversiones que hacen; por ejemplo, están tratando de comprar aviones pero no tienen la voluntad de aumentar el pie de fuerza o de destinar los recursos necesarios para que los helicópteros puedan llegar a las regiones para operar contra el terrorismo.

El sentimiento de muchos uniformados con los que conversé es que el gobierno no los está dotando de las herramientas para que nos defiendan; están amilanadas, tiene miedo, dudas; muchos son padres de familia que no quieren meterse en líos judiciales ni quieren que los saquen, pues no es fácil conseguir trabajo. La ciudadanía está desprotegida.

La relación con Venezuela también es un punto neurálgico de la fractura que existe hoy en las tropas. La forma en que se ha articulado el gobierno con la dictadura venezolana ha dejado expuesta la seguridad nacional. La intención de Nicolás Maduro siempre ha sido penetrar a Colombia a través de los grupos armados; tener la quinta columna ha sido la estrategia desde Hugo Chávez. Por eso, no podemos ignorar que lo que al gobierno de Venezuela le interesa es que prosperen las ideas del ELN y grupos afines. Lo cierto es que, con estos movimientos del presidente, están quedando expuestas no sólo las fuerzas armadas porque quedan sometidas a sus adversarios a quienes han confrontado, sino también, la estabilidad de nuestra frontera porque Maduro ha permitido que allí opere todo tipo de crimen como el terrorismo, la minería ilegal, la trata de personas, el narcotráfico y violación de los derechos humanos.

Cuando Chávez decidió tomarse el poder total, incorporó a su círculo de seguridad y a las fuerzas armadas unos cubanos para perseguir a todos los militares que se oponían a él. Por eso, preocupan los rumores de la relación que existe entre algunos funcionarios del gobierno con la inteligencia venezolana y cubana. Dejo la alerta.

Las fuerzas armadas, en estos pocos meses, han perdido a sus mejores hombres; el presidente llamó a calificar servicios a los que tenían la mejor preparación, los que habían dado grandes golpes contra el terrorismo, el narcotráfico y el crimen organizado; los que tenían la experticia para confrontar lo que estamos viviendo y quienes habían perseguido intensamente a los que, por ejemplo, hoy, hacen parte de la coalición del gobierno, el Eln e incluso al M19.

La seguridad nacional está en jaque y no se ve luz al final de túnel.

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