El Día sin carro y sin moto que rigió el jueves 14 marzo de 2024, por efecto de la alta contaminación ambiental en la ciudad, tiene que ser el punto de partida para que en el área metropolitana de Cúcuta miles de habitantes no se asfixien por la mala calidad del aire que respiran. No podemos quedarnos en la restricción tenemos que pasar a la acción.

Así como logramos detectar y medir oportunamente la  gravedad de la situación generada por el fenómeno de la inversión térmica que retiene el material particulado PM 2.5 y elementos como dióxido de azufre y óxidos de nitrógeno entre otros, ha llegado también la hora de poner manos a la obra para eliminar los factores generadores de emergencias como estas.

Por ejemplo, hay que ser inflexibles para sacar de circulación los vehículos  de  transporte urbano -llámese busetas o buses- que ya cumplieron su vida útil y que aquí arrojan grandes cantidades de gases a la atmosfera.

En otras palabras, Cúcuta no puede seguir siendo el cementerio de esa clase de automotores, haciéndose entonces imperioso que o se ordene su chatarrización o sean enviados a los patios para que no sigan circulando y proceder a aplicar las sanciones de rigor.

Pero como eso sería apenas una punta en el iceberg del problema, el área metropolitana tiene que acelerar la puesta en marcha del plan maestro de movilidad, que sea sostenible y segura y preste un adecuado servicio a miles de usuarios del transporte de pasajeros.

En este caso, la administración del alcalde Jorge Acevedo debe aplicar aquello de a grandes males grandes soluciones y proceder a darle un vuelco a este servicio, con una flotade buses eléctricos que llevaría a la capital de Norte de Santander a ser realmente comprometida con la calidad de vida de sus habitantes.

Las condiciones están dadas para que ahí se haga una multimillonaria inversión en el parque automotor, que debe cobijar por lo menos a Los Patios, El Zulia y Villa del Rosario para que se procure el  mejoramiento no solo ambiental sino de la eliminación del caos que actualmente lo caracteriza.

Hay que revisar no solo las fuentes contaminantes móviles sino también las fijas, para que la polución que  eventualmente produzcan sea realmente controlada y así seguir  en la lucha por un aire realmente fresco.

En ese sentido es saludable la alternativa expuesta por el alcalde Acevedo “de colocar unos recursos para que los empresarios puedan iniciar el proceso de transformación mediante la inversión en filtros y todo lo que tiene que ver con el cuidado del medio ambiente, pero la industria como tal es lo último que pensamos tocar”.

Las mejores opciones para lo anterior pueden encontrarse en solicitarles apoyo técnico y financiero al Ministerio de Ambiente y  Desarrollo Sostenible al igual que a organismos internacionales, para de esa manera poder trabajar en un gran programa de producción limpia y amigable con el medioambiente.

Y como es urgente que nada se nos quede sin revisión, hay que intensificar el procedimiento de revisión de cualquier vehículo, así presente el certificado de técnico-mecánica al día, con el propósito de verificar  que  realmente no es un agente contaminador.

Todo lo anterior nos lleva entonces a concluir que no podemos quedarnos en solo en medidas restrictivas sino en pasar a aplicar las soluciones, acompañadas de  operaciones control, de monitoreo ambiental y de prevención desde el punto de vista médico.

No hacerlo así, implicará que al atender medianamente una emergencia que puede llegar a volverse recurrente, como un aviso notificador de que nos encontramos ante un problema estructural de sensibles consecuencias.