Por estos días el Eln ha estado en el foco de la polémica, llamando la atención un hecho procedente de Venezuela, país en el que antes nadie desde la esfera gubernamental hablaba en público sobre la presencia de esa guerrilla en el territorio fronterizo con Colombia, desde donde preparaba ataques y acciones y luego utilizaba los campamentos como retaguardia de refugio y protección.
Las organizaciones no gubernamentales Fundaredes y Transparencia Venezuela eran las que entregaban regularmente reportes sobre este particular, situación que ahora tuvo un cambio, al emitirse información oficial del estado, sobre el accionar de grupos armados ilegales y bandas en la zona.
Ojalá que no se trate de una estrategia propagandística para mostrarse ante la comunidad internacional como un gobierno que quiere combatir el terrorismo, las organizaciones del narcotráfico y las bandas criminales que tanto daño han hecho en materia de inseguridad en la región.
Doce estructuras del Ejército de Liberación Nacional (Eln), tres de la disidencia de las Farc, una de Los Pelusos y tres del Clan del Golfo, fue lo que se oyó exponer al gobernador chavista del estado Táchira, Freddy Bernal.
Una información detallada como la anterior no se había dado a conocer antes por una autoridad venezolana, que cuando hablaban de asuntos de esa naturaleza, solamente hacían referencia a denuncias relacionadas con la operación de grupos paramilitares.
La otra novedad que trae lo enunciado por Bernal, es que también se encuentran actuando 26 grupos delictivos del Tren de Aragua, que es una organización delincuencial venezolana que extendió sus tentáculos a Colombia y otros países de América Latina escudándose en la ola migratoria y en la crisis que llevó al rompimiento de todo tipo de relaciones entre los gobiernos de Bogotá y Caracas.
Habrá de esperarse, entonces, en Norte de Santander, por ejemplo, que lo manifestado por Bernal implique también que las autoridades militares, policiales y de inteligencia del otro lado del río Táchira combatan con efectividad a esas organizaciones dadas a conocer por el funcionario.
Lo anterior, porque es importante que se advierta una reciprocidad en este campo de la lucha contra la subversión, las mafias, las bandas multicrimen y los paramilitares, en el área binacional.
Esto adquiere trascendencia en momentos que se dieron a conocer los resultados de la encuesta ‘Cúcuta Cómo Vamos’, en la que se percibió que la reapertura de los puentes internacionales no generó el impacto positivo esperado en la región.
Como se informó en ese momento, cuando se creía que la apertura fronteriza iba a disparar el optimismo de los cucuteños, en materia económica y cultural, la encuesta muestra que el 56,5 % la considera una oportunidad, mientras que el 43,5 % la ve como si fuera una amenaza.
Luego la expectativa desde este lado es que la seguridad se recomponga a lo largo de la frontera común y que se pase pronto de los anuncios a la realidad, en decisiones como las tomadas por los ministerios de Defensa: el aumento del pie de fuerza del Ejército, Policía, Guardia Nacional en las trochas, trabajo coordinado contra el contrabando y la autorización para que los oficiales de mando de las unidades militares fronterizas establezcan una coordinación operacional sobre el terreno para luchar contra las organizaciones criminales. Veremos si esto funciona.
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